#Cofrentes17: el absurdo juicio contra Greenpeace
Greenpeace lanza hoy su Blog Action Day para apoyar a las 17 personas que mañana se someterán a un juicio en Valencia por haber participado en una acción pacífica en la central nuclear de Cofrentes, y como Ad Absurdum no deja pasar estas oportunidades, no hemos querido quedarnos atrás y hemos decidido aportar el toque absurdo a la jornada.
Revisemos lo ocurrido:
El día 15 de febrero de 2011, activistas de Greenpeace realizaron una acción contra la central nuclear de Cofrentes (Valencia), en la que los escaladores de la organización pintaron "Peligro nuclear" sobre la chimenea de refrigeración. Aunque todo se planteó como una acción no violenta, la situación se tornó absurda, y finalmente hubo heridos, y no hablamos de los activistas, sino de los vigilantes de seguridad de la central: y es que, mientras perseguían a los activistas con perros, uno de los canes se giró y mordió a su propio guardia, mientras que otro de los vigilantes quedó enganchado en el alambre de espino que protege la central mientras trataba de evitar la entrada de los activistas. Lo curioso es que poco antes de la acción, la propia organización ecologista llamó a la Sala de Emergencias del Consejo de Seguridad Nuclear para advertir de su entrada.
Pese a la llamada previa, a unos vigilantes de seguridad mordidos por sus propios perros y enganchados en sus propias alambradas, y a unos activistas que no solo lograron entrar en la central, sino que lograron trepar la torre de refrigeración y pintar un mensaje que llevó varias horas pintar, el Consejo de Seguridad Nuclear y el gobierno español insistían en la seguridad de las centrales nucleares españolas.
Sin embargo el debate no se centra ahora en los riesgos que puede tener o no la energía nuclear, o si las centrales españolas están suficientemente protegidas (suerte tuvimos que fueran activistas de Greenpeace y no activistas del Estado Islámico, aunque según a quién se pregunte, tanto monta); ahora el debate está en si estas personas serán condenadas a multas de miles de euros o a multas y penas de cárcel o si la abuela fuma.
Y mientras tanto el nuevo gobierno...
Ojalá fuera la primera situación dura y absurda a la que se enfrenta Greenpeace, sin embargo no es así, ya vimos hace poco cómo lanchas de la armada española pasaban por encima de activistas de Greenpeace en Canarias provocando lesiones a una de ellas, en ese caso lo curioso era que los activistas pretendían impedir que Repsol llevase a cabo una serie de prospecciones petrolíferas que violan la legislación europea, sin embargo el gobierno español atacó a los activistas protegiendo a Repsol. ¿Greenpeace protege más a los españoles que su propio gobierno?
Pero, como decimos, el absurdo en la historia de Greenpeace se ha repetido a lo largo de sus más de cuarenta años de existencia: David McTaggart, fundador de Greenpeace Internacional, fue atacado por el ejército francés mientras trataba de evitar unas pruebas nucleares en el Pacífico, recibió una paliza y perdió temporalmente un ojo. Una vez fundado Greenpeace Internacional, McTaggart se ve que quería más, y regresó al mismo punto donde había recibido la paliza, de nuevo para detener otras pruebas nucleares, la diferencia es que entonces lo acompañaban cientos de seguidores. También el grupo que hizo el viaje fundacional de Greenpeace hacia Amchitka para detener otras pruebas nucleares fue alcanzado y detenido antes si quiera de poder llegar a su objetivo, además, durante el viaje, como prácticamente ninguno tenía experiencia navegando, fueron vomitando y sufriendo todo tipo de calamidades.
Y nada, parece que ni encarcelados, ni golpeados, ni sin piernas ni ojos, esta gente aprende... no sabemos si tendrán mucha fe en lo que hacen o si realmente tras ellos se esconde una red como la de los Romanones, pero dedicada al masoquismo. En cualquier caso, mientras sigan luchando por el bien de todos, desde Ad Absurdum los animamos a continuar.
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