¿Cómo es que Roma ha perecido? ¡Pero si acaba de comer de mi mano!

De todos es sabido que la relación entre el ser humano y los animales ha sido intensa y fructífera a lo largo de toda la Historia. Desde la leyenda de la loba que amamantó a Rómulo y Remo a la enorme Faunia que era el Arca de Noé, pasando por lo que supuso la oveja Dolly para la Humanidad, Laika para el espacio y un largo etcétera.

Pero hubo un hombre que amó a las aves por encima de todo. Por encima de sí mismo y de todo lo que a sus pies se extendía. Seres a los que debía su felicidad diaria y su estabilidad mental aun cuando a muchos tal cosa les sorprendiese.
No, no estamos hablando de este señor, que si bien las aves lo han hecho inmensamente feliz es por otros motivos más cruentos.

Nos referimos a Flavio Honorio, convertido en emperador de Occidente a la tierna edad de diez años. Se sabe que ni él ni su hermano Arcadio (emperador de Oriente) habían heredado las cualidades bélicas de su padre (Teodosio I), pero el caso de este muchacho, un tanto particular, es definido con estas palabras:
Hablando de aves y retraso mental
“Honorio era débil de carácter (algunos historiadores piensan que retrasado mental)”
Posiblemente este pasaje de su historial personal es motivo de esa frase, o viceversa:
Con Alarico I dejando las puertas de Roma convertidas en picatostes en agosto del año 410, el jovencísimo emperador se dedicaba a disfrutar de la compañía de diversas aves de corral como, parece ser, era lo habitual en él.
Dando ya la ciudad por perdida bajo las tropas de Alarico, uno de sus eunucos —curiosamente el encargado de supervisar los corrales— le dio al emperador la triste noticia: “Roma ha perecido”. Honorio, como era de esperar, rompió a llorar y entre lágrimas y sollozos contestó: “¡Pero si acaba de comer de mi mano!”. Evidentemente, él se refería a una de sus mascotas favoritas, Roma, una gallina.
El eunuco, con toda la paciencia que uno puede tener con las tropas enemigas soplándote en la nuca en plan ‘hola, buenas, ¿tiene un minuto para hablar de un saqueo?’ le contestó que no, que lo que había perecido era la ciudad de Roma y no su queridísima ave. A lo que Flavio Honorio Augusto respondió con un prolongado suspiro de alivio.

The Favorites of the Emperor Honorius. John William Waterhouse, 1883.

En colaboración con Ad Absurdum:

Verónica Muñoz López @Metakosmia_, estudiante de informática en la Universidad de Murcia. 

"Vine al mundo gritando y envuelta en la sangre de otra persona y no dudaré en irme del mismo modo", ha declarado a fuentes de nuestro blog.

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1 comentario:

  1. Las mascotas,los seres mas importantes para muchas personas que comparten cariño, compañia y felicidad así como ellas brindan sus cualidades a su amo nosotros debemos demostrarles aun más nuestro aprecio,
    nosotros en Guarderia de mascotas ibague nos enfocamos sobre todo en el bienestar de los cachorros y adiestramiento mientras sus amigos estan fuera de casa.

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