Combates de fieras en la España del siglo XX

Estamos tan acostumbrados a ver imágenes de animales luchando en el Coliseo de Roma, que lo creemos algo lejano, propio del Imperio Romano y sus salvajadas, pero a menudo ignoramos que eventos de ese tipo tuvieron lugar en las plazas de toros de España hasta inicios del siglo XX. Os contamos el combate entre Hurón, un toro de lidia, y César, un tigre de Bengala.

Corría el año 1904, julio para ser más exactos, y carteles repartidos por la ciudad de San Sebastián anunciaban el espectáculo que tendría lugar al día siguiente en la plaza de toros del Chofre. En aquella jornada Tomás Alarcón "Mazzantinito" y José Muñagorri se enfrentarían a tres novillos, pero lo especial tendría lugar después del frecuente enfrentamiento humano-toro. Mañana tendrá lugar en la plaza de toros el sugestionador, atrayente y esperado espectáculo de la lucha del tigre y el toro, anunciaba El Correo de Guipúzcoa.
Si el combate hubiera tenido lugar con "normalidad" (si es que se puede hacer uso de este concepto en este caso), nos parecería una salvajada y una anécdota curiosa de nuestra historia, sin embargo, para ocupar un espacio en nuestro blog, tenía que tener algo más absurdo...
En el centro de la plaza se levantó una jaula que daría cabida a los dos animales en el momento del combate, aunque César llevaba ya 10 días familiarizándose con sus barrotes. Cuando Hurón hizo su entrada en la celda levantó una gran ovación entre el público que duró muy poco, pues a la primera embestida del astado, el tigre se hizo el muerto y se detuvo la lucha. El público, que había pagado por ver sangre, comenzó a abuchear y a lanzar improperios contra los organizadores. Así que estos comenzaron a azuzar con palos al tigre para que se levantara. Y es que había que satisfacer también al público francés, que aquella tarde era mucho y había apostado por la victoria del tigre.
Cuando se reanudó la lucha entre los animales, Hurón volvió a embestir, con tan mala suerte, que del empujón que dio al felino, este abrió la puerta de la jaula y salió al ruedo.
La barrera que normalmente frena a los toros, por extraño que pueda parecer, no suele estar diseñada para separar a un tigre del público, así que de poco sirvió cuando César decidió sobrevivir a las cornadas de Hurón. El público entró en pánico y provocó una estampida.
Finalmente ambos animales encontraron un triste final tiroteados por la policía, que se había visto obligada a intervenir para poner orden en el caos desatado en la plaza. Sin embargo, para cuando las autoridades intervinieron, muchos asistentes ya habían desenfundado sus armas, que por entonces era algo habitual, y el desastre se había hecho mayor entre una lluvia de disparos en todas direcciones. Además, muchas armas eran de un calibre pequeño y al impactar contra la dura y gruesa piel de los animales rebotaban hasta encontrar un nuevo blanco en la piel más fina de algún asustado humano.
Así pues, aquella tarde el espectáculo se saldó con la muerte de Hurón, César y un asistente al espectáculo, así como con veinte heridos de bala.

Para conocer más detalles y fotos del combate os recomendamos la lectura del artículo de Aryse.org: "San Sebastián Capital Cultural (1904): lucha entre el tigre 'Cesar' y el toro 'Hurón' en la plaza de toros".

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