¿Emperatriz?, ¿reina?, no... Duquesa de Alba

Hoy, día 20 de noviembre del año 2014, Sevilla se viste de luto. Fallece la más sevillana de entre todas las no sevillanas, María del Rosario Cayetana Paloma Alfonsa Victoria Eugenia Fernanda Teresa Francisca de Paula Lourdes Antonia Josefa Fausta Rita Castor Dorotea Santa Esperanza Fitz-James Stuart de Silva Falcó y Gurtubay, conocida popularmente como La Duquesa de Alba o Cayetana para sus más allegados, quienes han comentado en alguna ocasión que el nombre de Alfonsa era el que menos le gustaba. Si el nombre os parece largo más lo era el listado de sus títulos: era dieciséis veces Grande de España con seis ducados, un condado-ducado, dos marquesados y siete condados. Además de poseer numerosos otras distinciones; diecisiete marquesados, trece condados y un vizcondado. Tantos títulos ostentó que el Libro Guinness de los Record la incluyó como la noble que tuvo más distinciones a lo largo de su vida. Pero, ¿de dónde viene todo este despliegue aristocrático?

Corriendo a pedir un montadito de pringá.

Existen dos versiones, la mítico-fantástica y la realista. En la primera de ellas se hace descender a la familia de Isaac Comneno, un emperador bizantino del siglo XI, en concreto de Pedro su hijo que participó en la conquista de Toledo, de ahí el primer apellido familiar. La segunda ya tal, así que no le vamos a hacer caso. Por lo tanto Cayetana de Alba es flama y debería ser reina de algún lugar, por ejemplo de Escocia, donde la prensa bromeaba con esta posibilidad en caso de lograr su independencia del Reino Unido, y es que nuestra duquesa desciende (también) de los Estuardo por lo que podía haber reclamado la corona (God save La Duquesa), además de que "Alba" es el nombre que recibe Escocia en gaélico, ¿casualidad? no lo creemos... Sus relaciones con el Reino Unido no terminan aquí ya que residió en Londres donde su padre era embajador, donde compartió juegos con la futura Isabel II y visitó a otro ilustre pariente, Wiston Churchill.

El hecho de venir de una familia pudiente hizo que desde muy pequeña recibiese una educación privilegiada. Nada más nacer, tres ilustres personajes de la España del siglo XX la tuvieron en sus brazos: el doctor Gregorio Marañón, el filósofo José Ortega y Gasset (que era una sola persona a pesar de hay quien cree que eran dos) y el escritor Ramón Pérez de Alaya, que se encontraban en el Palacio de Liria en tan preciso momento. Pronto comenzó sus viajes por Europa, lo que le permitió conocer y hablar varios idiomas con gran fluidez: español, inglés, francés, alemán e italiano. Y es que el mundo de la cultura siempre ha sido una de sus principales aficiones (además del Betis). Picasso quiso pintarla como una nueva maja, algo a lo que su primer esposo no le hizo mucha gracia, tanto que consiguió que no se realizase el retrato (es en lo único que ella le hizo caso), aunque siempre nos quedará su portada en Interviú. A pesar de sus títulos nobiliarios y de su linaje, la Duquesa era una mujer sencilla, pues nunca entró en la Catedral de Sevilla a caballo a pesar de tener ese derecho. Y es que pasear a pie no es muy útil si tus tierras ocupan media España, tanto espacio, que sobra para meter a todos los corruptos de la nación, bueno quizá estemos exagerando.

REFERENCIAS:

• "Lo que no sabías de Cayetana Fitz-James Stuart" en La Opinión de Tenerife. 

• "Títulos nobiliarios de la Duquesa de Alba" en protocolo.org

• Web oficial de la Casa de Alba: fundacióncasadealba.com

En colaboración con Ad Absurdum: Livia Guillén Rodríguez, graduada en Historia por la Universidad de Sevilla y masteranda en Arqueología por la misma universidad. Colabora tú también con nosotros