El Club de los Cien Kilos: gordos y a mucha honra

Que la concepciĆ³n que se tiene en la actualidad del sobrepeso no ha sido la misma a lo largo de la historia es algo que te han repetido una y otra vez poniĆ©ndote de ejemplo a la Venus de Willendorf o las Tres Gracias de Rubens. Pero, ¿sabĆ­as que a mediados del siglo XIX se crearon clubes y asociaciones donde se reunĆ­an las personas con sobrepeso para celebrar su condiciĆ³n con orgullo?


Miembros del Fat Men's Club de Nueva York en 1930. Fuente: Npr.org.

Aunque el que mayor fama alcanzĆ³ en Europa fue el parisino Club de los Cien Kilos (Club des Cent Kilogs), cuyo nombre ya dejaba claros los requisitos para entrar, no fue el primero. El francĆ©s abriĆ³ sus puertas en 1896, pero casi tres dĆ©cadas antes, en 1869 se fundĆ³ el primero del que se tiene constancia: el Club de Hombres Gordos de Nueva York.
RĆ”pidamente se extendieron por todo Estados Unidos con distintos nombres (Fat Men’s Club, Jolly Fat Men’s Club, United Association of the Heavy Men…) y encontrando su mayor acogida en Texas. Pero el fenĆ³meno no tardĆ³ en alcanzar lugares tan distantes como Serbia, Reino Unido o el caso ya citado de Francia.
Pero ¿de dĆ³nde sale todo esto? Bueno, como se suele decir, siempre ha habido clases, y como ya ocurriera en Ć©pocas anteriores, en el siglo XIX un cuerpo orondo solĆ­a ser sinĆ³nimo (amĆ©n de patologĆ­as varias) de una vida ociosa y acceso a abundantes recursos. AsĆ­ que si era comĆŗn que las clases altas gozaran de una circunferencia mayor, inevitablemente se asociaba el grosor de una persona al grosor de su cartera y, quizĆ” mĆ”s importante aĆŗn, al de su agenda.
AsĆ­, estos clubes se constituyeron como lugares de encuentro de hombres adinerados e influyentes que aprovechaban la ocasiĆ³n para socializar y establecer contactos. Pero, ojo, sin perder de vista la celebraciĆ³n del tamaƱo de sus barrigas. AsĆ­ de claro lo dejaba aquel primer club fundado en Nueva York: "We're fat and we're making the most of it!".
Formar parte de un club de estas caracterĆ­sticas era, por tanto, sĆ­ntoma de prestigio y te abrĆ­a muchas puertas. Y, ademĆ”s, no lo pasaban nada mal: se organizaban encuentros que segĆŗn el club eran anuales o mĆ”s frecuentes, y en ellos se desarrollaban espectĆ”culos de distinto tipo, destacando sobre todo los alardes al pesarse en pĆŗblico. TambiĆ©n llegaron a organizar actividades lĆŗdicas y culturales como excursiones y viajes, y de hecho tenemos el testimonio que el cineasta francĆ©s nos dejĆ³ de una excursiĆ³n del club parisino. Pero la parte favorita de los socios eran los grandes banquetes protagonizados por el exceso: cĆ³cteles de marisco, sopas, filetes con toda clase de salsas, cochinillos asados, pasteles rellenos con todo tipo de carnes y postres de lo mĆ”s variado.




Para entrar en ellos tan solo habĆ­a un par de requisitospagar una mensualidad de aproximadamente un dĆ³lar y pesar mĆ”s de 100 kilos. A continuaciĆ³n se te facilitaba una contraseƱa y ya tenĆ­as acceso a esas fiestas y comilonas. En algunos clubes existĆ­a incluso un saludo secreto con que se identificaban los miembros. ¡Ah! Y ser hombre… Hubo clubes especĆ­ficos de mujeres gordas, pero estos no tuvieron tan buena acogida. Ya hacia finales del siglo XIX no se veĆ­a igual la grasa femenina que la masculina.
Cuando en 1903 se fundĆ³ en Vermont el Club de los Hombres Gordos, se rebajĆ³ la exigencia para el ingreso a los 90 kilos. QuizĆ” esto se debĆ­a haber entendido como el ocaso de los clubes de gordos, sin embargo, fue precisamente el de Vermont el que contĆ³ con mayor cantidad de socios, llegando a ser casi 10.000 en su momento Ć”lgido.


Sede del Club de Hombres Gordos de Vermont en 1903.
Fuente: The New England Historical Society.

Sin embargo, apenas veinte aƱos despuĆ©s, en 1924, el de Vermont tuvo que echar el cierre por falta de socios como tantos otros clubes en la dĆ©cada de los veinte del siglo XX. Fue precisamente la prosperidad econĆ³mica de los Felices AƱos 20 la que dio al traste con ellos. Y aunque pueda parecer una contradicciĆ³n, no lo es: la bonanza econĆ³mica dio lugar a un mayor poder adquisitivo de las clases medias e impuso una nueva forma de vida y una nueva sociedad basada en el consumo. Ahora mĆ”s gente podĆ­a permitirse comprarse un coche, veranear o tener electrodomĆ©sticos, pero tambiĆ©n comer mĆ”s. La obesidad ya no era algo reservado para los ricos, prĆ”cticamente cualquiera podĆ­a estar gordo, asĆ­ que pertenecer a estos clubes ya no era muestra de prestigio.

  • Segrave, Kerry (2009). Obesity in America (1850-1939). A History of Social Attitudes and Treatment. McFarland.
  • (2020) “The New England Fat Men’s Club”, en New England Historical Society.
  • Basu, Tanya (20/03/2016). “The Forgotten History of Fat Men’s Clubs”, en NPR.org.
  • Gargantilla Madera, Pedro (2016). Enfermedades que cambiaron la historia. La Esfera de los Libros.
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