Tania Head, la mujer que no estuvo en el 11S pero se acuerda

Hoy no nos vamos muy atrĂ¡s en el tiempo, pero es que para hablar de una de las mayores farsantes de la historia, no es necesario hacerlo. Nos trasladamos al 11 de septiembre de 2001.
Seguro que te suena la fecha, ¿no? Es en la que un señor llamado Bin Laden y un grupo de amigos tuvieron la ocurriencia de estrellar varios aviones de pasajeros contra distintos lugares emblemĂ¡ticos de Estados Unidos, en especial contra las Torres Gemelas, provocando mĂ¡s de 3000 muertos.

Nueva York instantes después del atentado.
Momento en que el segundo aviĂ³n impacta
contra la Torre Sur.
Aquel trĂ¡gico dĂ­a se encontraba en el piso 78 de la Torre Sur una joven empleada de banca llamada Tania Head. Cuando el aviĂ³n impactĂ³ contra el edificio, ella fue una de las pocas supervivientes y quedĂ³ atrapada en los pisos mĂ¡s afectados. En aquellos momentos de angustia y desconcierto, segĂºn relatĂ³, no podĂ­a dejar de pensar en su prometido, Dave, que trabajaba en la Torre Norte y que mĂ¡s tarde sabrĂ­a que habĂ­a muerto vĂ­ctima del atentado. Con la ayuda de otros supervivientes y los servicios de emergencia, logrĂ³ salir con vida de aquel caos, la idea de su inminente boda con la persona a la que amaba le habĂ­a dado fuerzas para luchar contra las llamas y los escombros. Una vez fuera, Tania fue trasladada al hospital, donde fue atendida de sus heridas, aunque la mĂ¡s grave fue la que le dejĂ³ una cicatriz en el brazo.
Una historia trĂ¡gica la de Tania, una historia de superaciĂ³n. Cuesta mucho ponerse en su piel y pensar en todo lo que se le tuvo que pasar por la cabeza y lo mal que lo debiĂ³ pasar la muchacha. O quizĂ¡ no cueste tanto, porque todo es mentira.
La historia de Tania es completamente falsa, ella no estuvo en las Torres Gemelas el dĂ­a del atentado. Es mĂ¡s, es que Tania no existe, es una identidad inventada. Pero vamos por partes, a ver si podemos poner un poco de orden en todo este despropĂ³sito.
Tras los atentados del 11 de septiembre, en los medios de comunicaciĂ³n, como es habitual, fueron saliendo testimonios de supervivientes de la tragedia, y entre todos destacĂ³ el relato de Tania Head, esa empleada de banca de la Torre Sur. Tanto Ă©xito tuvo su relato y su entereza pese a lo dramĂ¡tico de los acontecimientos, que pronto fue elegida directora de la AsociaciĂ³n de Supervivientes de los Atentados del World Trade Center, nada mĂ¡s y nada menos.
Tania Head con el entonces alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani.
Sin embargo, el 27 de septiembre de 2007, seis años despuĂ©s del atentado, The New York Times descubriĂ³ el engaño, y ademĂ¡s lo hizo por todo lo alto, pues lo sacĂ³ en portada: «In a 9/11 Survival Tale, the Pieces Just Don't Fit».
Y efectivamente las piezas no encajaban: para empezar, las cosas que relataba sobre el atentado eran totalmente inconsistentes, nunca daba detalles de las personas que le habían ayudado a salir de la torre, tampoco decía el hospital al que la habían trasladado. Tan solo daba dos detalles concretos del transcurso de los hechos: contaba que durante su huida se había tropezado con un hombre que, a punto de morir, le había entregado un anillo de compromiso con el encargo de devolverlo a su esposa. Tania decía haberlo entregado, pero la supuesta viuda no ha aparecido nunca, no se sabe quién era.
Y por otra parte estaba su historia de que estaba a punto de casarse con un hombre llamado Dave que había muerto en la Torre Norte. Por fin encajaba algo, pues el supuesto Dave estaba efectivamente entre las víctimas del atentado, pero había un pequeño problema: la familia del difunto no conocía de nada a Tania, no la habían visto en su vida.


El padre de Dave al conocer a Tania.
Los periodistas empezaron a poner en duda no solo su relato sobre el atentado, sino también su identidad, así que empezaron a indagar sobre su biografía.
Tania habĂ­a dicho estar en las Torres Gemelas trabajando para Merrill Lynch, una compañía dedicada a inversiones bancarias, asesorĂ­a y gestiĂ³n de capital. Sin embargo en Merrill Lynch no tenĂ­an ni idea de quiĂ©n era Tania Head, no tenĂ­an ninguna empleada con ese nombre. Es mĂ¡s, cada vez que daba algĂºn nuevo dato, la empresa desmentĂ­a esa informaciĂ³n.
También había dicho que había estudiado en Harvard y Stanford, pero a ninguna de las dos universidades les constaba haber tenido una alumna con esos datos.
Entonces, ¿quiĂ©n cojo*** era Tania Head?
La respuesta la obtuvo La Vanguardia unos dĂ­as despuĂ©s del descubrimiento del fraude, cuando hizo pĂºblico el titular: «La 'impostora' del 11-S es barcelonesa». ¡Vaya! Al parecer la yankee no era tan yankee, porque era del distrito de SarriĂ -Sant Gervasi, para ser exactos. Tras la mĂ¡scara de Tania Head se escondĂ­a Alicia Esteve Head. Al fin algo era cierto: el apellido es real.




Alicia, haciĂ©ndose pasar por Tania, habĂ­a dicho ser hija de unos diplomĂ¡ticos, pero ni de flores. En realidad su padre, por desgracia para ella, era un hombre bastante conocido, pues era un empresario cĂ©lebre por haberse visto implicado en un escĂ¡ndalo de corrupciĂ³n, el Caso Planasdemunt. Por aquel caso, el padre de Alicia y su hermano dieron con los huesos en la cĂ¡rcel.
Por otra parte, el apellido Head le venĂ­a por su madre, que era inglesa. El hecho de haber practicado inglĂ©s desde niña con su madre le daba el acento y la fluidez para pasar por angloparlante en su teatrillo sin levantar sospechas. Pero ni estudiĂ³ en Harvard ni bancos ni leches, estudiĂ³ en la Universidad de Barcelona y en la ESADE y trabajĂ³ para Hovisa.
Sus compañeros de trabajo (los de verdad) decĂ­an de ella que era una fantasiosa, que se pasaba la vida contando historias que no se creĂ­a nadie, asĂ­ que cuando se enteraron de la noticia de su nueva farsa, les sorprendiĂ³ moderadamente. De hecho fueron ellos los que lograron encajar una de las piezas del puzzle: su herida en el brazo.
SegĂºn su relato, ella habĂ­a resultado herida en el brazo, y ciertamente lucĂ­a una cicatriz muy real que difĂ­cilmente podrĂ­a ser fingida. La explicaciĂ³n era bien sencilla: segĂºn sus colegas, esa herida la tenĂ­a desde hacĂ­a años, bastante tiempo antes de irse a hacer las AmĂ©ricas. Y la historia que le habĂ­a contado a ellos era que se la habĂ­a hecho cuando era mĂ¡s joven en un accidente que tuvo conduciendo con su novio un Ferrari a 200 kilĂ³metros por hora. Que tambiĂ©n huele a invent, pero es mĂ¡s plausible que lo del 11S.



De vuelta a su aventura estadounidense, cuando la noticia saltĂ³ a los medios de comunicaciĂ³n, fue expulsada de la AsociaciĂ³n de Supervivientes de los Atentados del World Trade Center. AsociaciĂ³n que, recordemos, dirigĂ­a. Sus compañeros dijeron de ella que, a pesar de sus trolas, habĂ­a hecho un muy buen trabajo en la asociaciĂ³n y lamentaban perderla como lideresa. De hecho, señalan que no obtuvo un duro de todo esto, que no se enriqueciĂ³ de forma alguna. Algo que a los psicĂ³logos no les sorprende en absoluto, pues señalan que hay muchos p**** locos que solo quieren atenciĂ³n, y que Alicia es un ejemplo de ello.
A partir de entonces, Tania, digo Alicia desapareciĂ³ del mapa. DecidiĂ³ hacer caso a sus seres queridos, que le aconsejaron tratar de pasar desapercibida en todo lo posible tras el descubrimiento de su engaño.
Para 2011 habĂ­a recuperado su vida normal en Barcelona, y habĂ­a empezado a trabajar para Inter Partner como asesora de inversiones. Pero en abril de 2012 su historia volviĂ³ a salir a la luz con el estreno de un documental titulado The woman who wasn’t there y que, claro estĂ¡, trataba sobre su mentira. 
Tania durante una entrevista incluida en el documental The woman who wasn't there
Inter Partner, por miedo a verse afectada de alguna manera por tener contratada a la farsante protagonista del reportaje, decidiĂ³ prescindir de sus servicios, y aquĂ­ viene lo interesante: a pesar de haber recuperado su vida normal, Alicia sigue viviendo su fantasĂ­a y, cuando se le comunicĂ³ su despido, respondiĂ³ a la empresa que eran unos insensibles por despedir a una «vĂ­ctima del terrorismo internacional».

Y hasta aquĂ­ la historia de Tania Head, la mujer que no estuvo allĂ­ pero se acuerda. Por nuestra parte, tan solo recordar que en las Torres Gemelas sĂ­ que hubo otros españoles aquel trĂ¡gico dĂ­a, tres de ellos perdieron la vida, asĂ­ que para ellos y para todas las demĂ¡s vĂ­ctimas nuestro mĂ¡s sincero afecto.



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