Los múltiples unboxing de Mussolini


Últimamente Franco aparece y reaparece en televisión a causa de la polémica de su, aparentemente, inminente exhumación. Son muchos los que no entienden que el dictador siga enterrado en 2019 en un monumento perteneciente a Patrimonio Nacional, y que además se permitan peregrinaciones para honrar la memoria de semejante personaje. Pero hoy no vamos a ahondar en la polémica, simplemente nos hemos preguntado ¿qué fue del resto de dictadores europeos?
Hitler, como todos sabemos, se encuentra en algún lugar de Sudamérica o en la Luna... no, no, en serio, ignorando las conspiranoias, todo parece indicar que su cadáver fue destruido por los soviéticos tras ser identificado, e incluso algunas fuentes apuntan a que él mismo pidió a sus subordinados que lo incinerasen. 
Por su parte, el cuerpo del dictador portugués António de Oliveira Salazar descansa (si es que puede) en una discreta tumba de Vimieiro, la localidad que lo vio nacer.


Tumba de Salazar. En el centro, la más clara.
Pero la sorpresa que ha traido esta cuestión a nuestro blog viene de la mano del creador del fascismo, el dictador italiano Benito Mussolini.
Es de sobra conocido el destino final del fascista primigenio, que acabó fusilado, apaleado y exhibido colgado en una plaza de Milán. Pero, ¿qué fue de su cadáver? ¿Acabó en un fastuoso monumento? ¿En una discreta tumba? ¿En el maletero de un coche? Pues te sorprenderá saber que la respuesta más correcta es esta última...
Mientras los italianos escupían, orinaban e incluso mutilaban los cuerpos de Mussolini y su amante, Clara Petacci, en los últimos días de abril de 1945, nadie tenía muy claro qué hacer con los cadáveres.
La decisión la tomó pocos días después de su fusilamiento el Comité de Liberación Nacional, la unión de partidos opositores al régimen fascista, y consistió en enterrar al dictador en una tumba sin nombre en el Cementerio Mayor de Milán. La intención era evitar que se convirtiese en un centro de peregrinación y exaltación para los admiradores del fulano (como si estas cosas pudieran a ocurrir...). 

Grupo de recreación histórica muy metido en su papel.
Y así se hizo, aquella tumba fue la número 384Sin embargo, el secreto trascendió, y en abril de 1946, apenas un año después de su inhumación, un grupo de fascistas robó el cuerpo del dictador y lo introdujeron en el maletero de un coche.
El problema es que el plan contemplaba solo el robo, no qué hacer después con el cadáver, y durante dos semanas el difunto de Mussolini disfrutó de buenos paseos en el maletero de un coche a la espera de conseguir un lugar donde llevarlo.


Reconstrucción de los hechos. Al no disponer de Mussolini,
hemos escogido un modelo de similares características.
Cuando el coche empezó a oler a bicho muerto, se hizo urgente arrastrarlo a algún lugar, y al fin se les ocurrió una solución: entregarlo al convento de Sant'Angelo, donde un sacerdote se ocupó de ocultarlo sin informar siquiera a sus superiores.
Por entonces la noticia del robo del cuerpo ya se había extendido por toda Italia, y surgían rumores y bulos por todas partes. Se afirmaba que la policía italiana había llegado incluso a registrar ataúdes durante los funerales celebrados en los días siguientes para comprobar que a quien se inhumaba no era al dictador.
Finalmente, ante la presión de los rumores y los medios de comunicación, el sacerdote cantó, y corrió a informar al arzobispo de Milán de que el cavagliere descansaba en su cortijo.
El arzobispo, contra todo pronóstico, decidió informar al gobierno y colaborar en lo que hiciera falta. Iglesia y ejecutivo acordaron trasladar el cuerpo a otro convento fuera de la ciudad de Milán y menos transitado, el convento de Cerro Maggiore, y mantenerlo allí en secreto. Así se hizo, y el dictador pudo descansar bajo el altar de Cerro Maggiore. Pero no por mucho tiempo.


Este no es el arzobispo de Milán, y tampoco aparece en El Resplandor.
El caso es que el enterramiento se había hecho con prisa y sin mucha gana, así que a los pocos días el cuerpo empezó a atufar a quienes acudían a misa. El sacerdote, agobiado, decidió por su propia cuenta y riesgo, sacar de nuevo al Duce y meterlo en una sala poco frecuentada del convento, concretamente dentro de un armario...
Curiosamente, fue en aquel armario donde más tiempo pasó el cadáver hasta el momento. Allí permaneció durante años, pues el gobierno italiano rechazó una y otra vez las solicitudes de la viuda del dictador para que le entregasen el cuerpo de su esposo.
Finalmente fue en 1957 cuando el gobierno italiano cedió a las peticiones de la familia del dictador y decidieron desvelar su escondite. Mussolini salió del armario entonces con destino a una capilla propiedad de la familia Mussolini. 


Tumba de Mussolini en la capilla familiar en Predappio.
En la actualidad el creador del fascismo, Benito Mussolini, no descansa en un fastuoso monumento, pero tampoco en el maletero de un coche y en un armario, sino en la capilla que la familia conserva en Predappio, localidad natal del dictador. Así, el gobierno italiano no logró su objetivo de evitar que la tumba del Duce se convirtiese en un centro de peregrinación, y hasta allí se desplazan cada año decenas de miles de curiosos. Aunque sí que se ha logrado acabar con la venta de símbolos y souvenirs relacionados con él y su ideología, pues la exaltación del fascismo fue prohibida en Italia en 1952.


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