De golondrinas, gatos y pingüinos
¡Oh los periodistas..! Cómo pueden liarla a veces... y no os penséis que los periodistas de mediados del siglo XX eran distintos a los de ahora, porque no lo eran. Como hoy en día, los había que contrastaban poco sus fuentes y que, con tal de sacar provecho de algo, eran capaces de dejar en ridículo a las tropas del propio bando. Tal es el caso del malentendido que se produjo en el contexto de la Segunda Guerra Mundial entre las golondrinas, los gatos, los pingüinos y los soldados estadounidenses. Os lo contamos:
Todo este cúmulo de catastróficas desdichas tuvo lugar en la isla Ascensión, una pequeña isla, territorio de Reino Unido, que se encuentra enclavada en mitad del océano Atlántico. Dicha isla jugó un papel fundamental en la guerra submarina contra Alemania en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, pero el mayor problema al que tuvieron que hacer frente los soldados que por allí pasaron no fueron los alemanes, sino las golondrinas.
Sí, sí, has leído bien, de hecho el lugar en que se encontraba enclavado el aeropuerto se llamaba "Campo Golondrina". Resulta que la enorme cantidad de estas aves produjo innumerables incidentes durante los aterrizajes y despegues de aeronaves, lo que dio auténticos quebraderos de cabeza a los soldados británicos.
Fue entonces cuando la prensa se hizo eco de la noticia, y creó toda una cadena de comunicaciones que reprodujeron, de alguna manera aquel famoso capítulo de Los Simpson:
Lisa: ¿Qué pasará cuando estemos infestados de lagartos?
Skinner: No es problema. Simplemente desataremos una plaga de serpientes aguja chinas. Acabará con los lagartos.
Lisa: ¿Y no son aún peores las serpientes?
Skinner: Sí, pero estamos preparados. Contamos con una especie de gorila que se alimenta de carne de serpiente.
Lisa: ¡Pero nos invadirán los gorilas!
Skinner: ¡No! Eso es lo mejor de todo: cuando llegue el invierno los gorilas se congelarán de frío.
En este caso en concreto, la prensa se burlaba del ejército británico por haber tomado la decisión de "desembarcar un contingente de gatos" en la isla para acabar con las golondrinas. Antes de eso, ya habían intentado expulsarlos con dinamita y explosiones de toda clase, pero todo había sido en vano. Ahora el plan consistía en que los mininos devorasen a las aves y dejasen la isla limpia para poder aterrizar y despegar sin problemas. Pero poco a poco la bola se fue haciendo más grande, y un medio llegó a decir que los gatos habían sido atacados y erradicados por implacables pingüinos carnívoros.
Se referían a este tipo de "cat" |
Todo se debió a un malentendido: la prensa había leído "cats" y lo había interpretado como "gatos", cuando en realidad hace referencia, en la variedad lingüística estadounidense, a un tipo de maquinaria pesada, fabricada por la marca Caterpillar, o como aún se la conoce: CAT. Lo que había desembarcado en la isla no era una tropa de gatos, sino una flota de tractores, algo habitual en las maniobras militares. Sin embargo, el tema de los pingüinos ya es más difícil de resolver... en este caso no hay una explicación, habrá que atribuirlo a una licencia artística de los periodistas.
Y os preguntaréis: ¿y cómo se resolvió el tema de las golondrinas? Pues bien, después de darse cuenta de que la dinamita no era la solución, los británicos llamaron a un ornitólogo que, tras examinar detenidamente el problema, llegó a la conclusión de que lo mejor era trasladar todos y cada uno de los nidos de golondrina al otro extremo de la isla. Durante días todos los efectivos de la isla estuvieron dedicados al traslado de los miles de nidos. El esfuerzo mereció la pena, pues el aeródromo estuvo rápidamente de nuevo a pleno rendimiento y sin mayores problemas que los submarinos alemanes... pero de eso ya no se encargaba el ornitólogo.
Bueno, ¿qué os sorprende más: que hubiera tantas golondrinas como para impedir el funcionamiento de un aeropuerto, o que la prensa tergiversase la historia de esa manera? O... ¿que tuvieran que pagar a un ornitólogo para dar con la solución?
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