Madame Thèbes, la pitonisa que adivinó que Stalin moriría asesinado

Corría el año 1935 y la revista Mundo gráfico sorprendía a sus lectores con una espectacular portada en la que se anunciaba "Stalin morirá asesinado y la estrella de Mussolini dejará de brillar" acompañada de los dos ilustres personajes recortados sobre un fondo estrellado.
Se trataba de un atrevido reportaje en el que el reportero M. F. Alvar se habíatrasladado nada más y nada menos que a Praga para entrevistarse con la famosa Madame Thèbes. En la capital checa, concretamente en la calle de los Alquimistas se encontraba la vivienda y consulta de la pitonisa.
—¿Quiere usted conocer su porvenir? ¿O el de alguna otra persona?
Con estas palabras refiere el reportero que le recibió Madame Thèbes para, inmediatamente, empezar a leerle las líneas de la mano con una lupa.
Pero, ¿qué lleva a un reportero español a visitar a una supuesta vidente a tantos kilómetros de su tierra? 

Madame de Thèbes
Bueno, pues porque Madame de Thèbes no era una cualquiera. Bajo ese seudónimo se encontraba Anne Victorine Savigny, la vidente que había predicho guerras como la de los Bóers, la Ruso-Japonesa o la Primera Guerra Mundial, además de las muertes de personas ilustres del momento. Sin embargo, no supo predecir su propia muerte en 1916.
Portada de Mundo gráfico el 13/11/1935
¡Un momento! Su muerte en 1916... y el artículo del que hablamos es de 1935. ¿Cómo es esto posible? Pues obviamente, la persona a la que tenía enfrente Alvar no era la original Madame de Thèbes, sino otra persona, que habría adoptado su sobrenombre además de sus habilidades sobrenaturales. O eso, o la vidente había resucitado... En cualquier caso, la revista había considerado que merecía la pena el viaje para descubrirlo y poner a prueba sus poderes.
La auténtica Madame de Thèbes se había hecho famosa por los almanaques que publicaba cada año con profecías que estaban a la venta en distintos países, y al público había sorprendido el grado de acierto. Pero por el título ya habrás imaginado que esta otra madame no tuvo tanto éxito...

Stalin y la paz en el mundo
Antes de que la vidente siguiera comentando el futuro del periodista, este la interrumpió para pedirle que le hablase del futuro de Europa. Así que la Madame sacó sus barajas y comenzó a mezclarlas.
—Quiero saber—le insistosi la paz del mundo durará mucho tiempo.
A toro pasado, la pregunta nos da hasta risa, pero ¿qué diría una pitonisa en su momento?
"La paz se acaba. Los hombres no quieren la lucha; pero el dinero o el interés les obligan a ir a la guerra. Habrá primero una guerra en sitio lejano; luego vendrá un período de tranquilidad; pero después, antes de que haya pasado un año, se verterá mucha sangre y la tormenta se desencadenará".
Bueno, vamos a ver... podría parecer que se acerca la predicción, pero fíjate que estamos en 1935, y por entonces ya había políticos y militares haciendo predicciones más acertadas que la suya sin tener ellos poderes sobrenaturales. "Habrá primero una guerra en un sitio lejano"... pues fíjese, señora, que siendo el reportero español, la guerra no iba a ser en un sitio tan lejano para él. La Guerra Civil española comenzó tan solo ocho meses después de esta entrevista, y apenas hubo "un período de tranquilidad" entre esta y la Segunda Guerra Mundial. Eso sí, antes de que hubiera pasado un año se vertió mucha sangre, eso sí que es verdad.
Y entonces preguntó el reportero "si el comunismo se mantendrá en Rusia y si Stalin acabará triunfando de sus enemigos".
"Soviets, castillo, roca... De nuevo la fortaleza. No se ve todavía el fin. Ahora cambia: el hombre ya no es el mismo. Un jesuíta, un puñal, un veneno, un arma de fuego... Sí; no cabe duda. Es un atentado. Stalin morirá asesinado".
Madame de Thèbes leyendo la mano al reportero.
Y ojo, que además la tipa se atrevió a poner fecha: "después de que haya pasado un año y antes de que transcurran dos". Stalin murió en 1952, quince años de diferencia. Pero a lo mejor es que a la mujer se le daban mal las matemáticas, démosle un voto de confianza.
Oficialmente, Stalin murió a causa de un ictus o infarto cerebral. Pero, ¿hubo algún intento de asesinato por parte de jesuitas? Pues no, parece que no hay rastro de ello. Es más, os invitamos a hacer un ejercicio gracioso: poned en el buscador de Google "Stalin jesuitas" y veréis la cantidad de páginas que acusan a los jesuitas de haber formado parte de la formación de Stalin como socialista, cuando no de haber participado de sus crímenes... Pero tampoco le deis mucha validez, hacedlo solo por las risas.

El fascismo y Mussolini
Satisfecho con la respuesta, el reportero preguntó entonces por el futuro del fascismo y de Mussolini.
"El fascismo es menos sólido. Aquí veo puentes, lagunas, una espada. La balanza sin equilibrio. [...] Se tambalea. Un poderoso enemigo le empuja desde fuera. Termina por caer, por derribarse. Pero, ¿es usted fascista acaso?".
La pregunta descoloca, pero es que a lo mejor hay que amoldar la predicción al público... el periodista lo niega y le pide que continúe.
"El fuerte vence al débil. Mussolini se retira. Quieren matarlo. Un dragón le resguarda. Consigue librarse de sus enemigos; pero desaparece definitivamente. Mussolini cae. No veo sangre. Unas rejas. Un bosque".
Bueno, bueno, bueno... seguro que a ti ya se te han ocurrido algunos comentarios al respecto. Vayamos por partes: 
Alvar en la puerta de Madame de Thèbes II,
en la calle de los Alquimistas (Praga)

  • "Un fuerte vence al débil". Venga, nos vale.
  • "Mussolini se retira". Jajaja no. Lo retiran. Pero venga, tiene un pase.
  • "Quieren matarlo". Desde luego, una genio esta señora.
  • "Un dragón le resguarda". Si el dragón es un símbolo de Hitler...
  • "Consigue librarse de sus enemigos". No, mira, no.
  • "Mussolini cae". ¡Ah, mira, esto sí!
  • "No veo sangre". Jajajajajajajajajajajaajajajajajajajajajajajaja. Él sí.
La despedida
Alvar trató de sonsacarle además algo acerca de sus dotes adivinatorias, pero no obtuvo más que vaguedades varias. La acompañó por la casa, llena de elementos religiosos, y es que ella, explicó, era una devota católica.
Antes de marcharse, el periodista hizo una última pregunta: le recordó que años antes había muerto otra vidente muy famosa que se llamaba como ella... a lo que la nueva Madame de Thèbes respondió tajante: "¡Bah! El nombre es lo de menos. Yo soy Madame de Thèbes II".


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