La paranoia nuclear de Robert A. Heinlein

Robert A. Heinlein (1907 – 1988) fue un escritor de ciencia ficción, y es conocido a menudo como el "decano" de éstos, además de ser uno de los "Big Three", junto con Arthur C. Clarke e Isaac Asimov.

Es una persona que encarnaba la esencia del americano, sobre todo porque aunaba muchas contradicciones. Era un ciudadano fuertemente individualista que creía que el ejército tenía un papel social muy importante. De hecho, se le acusó de militarista (era opuesto al comunismo, ex-militar, defensor de los valores militares, etc.).

La llegada de McCarthy no fue de ayuda. Heinlein se enteró de que los rusos tenían la capacidad de destruir su amado país, puesto que podían lanzar un misil intercontinental sobre EE.UU. Por otra parte, era una época en la que comenzaba una creciente oposición a las armas nucleares. Comités científicos pedían cesar los ensayos nucleares. 

Heinlein estaba indignado. En esos momentos escribe "Starship Troopers", que para algunos llega a la categoría de manifiesto fascista (y para otros es una defensa de la libertad).

Heinlein vivía en Los Ángeles, objetivo nuclear primordial. En su paranoia, se trasladó a Colorado Spring. Poco después, las fuerzas aéreas anuncian la localización del Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial. El corazón del arsenal nuclear americano, objetivo nuclear número 1 del mundo, pasó a estar a 11 km de su casa.

Los ataques nucleares le perseguían.

Heinlein, en ese momento, decidió construir un refugio nuclear propio.

Robert A. Heinlein

Por si fuera poco extraño todo, este "conservador anticomunista" escribe "Forastero en tierra extraña", donde se plantea preguntas revolucionarias sobre otro tipo de libertades, y que acaba convirtiéndose en la Biblia de la Contracultura, el manual del movimiento hippie. El defensor del ejército se convierte en el gurú de la contracultura Flower Power.

Toda una generación de hippies lo idolatraba. "Esos niños con sus margaritas, con su Flower Power, no paran de venir para presentar ofrendas en mi altar -dijo Heinlein a Harlan Ellison, un escritor amigo suyo, y continuó-: He levantado una valla electrificada de cuatro metros alrededor de mi casa".