¿Inventaron los tacones para Luis XIV?
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Vamos a ser concisos: no. Lo dejamos más claro: los tacones no se inventaron para Luis XIV.
No está muy claro cuándo ni dónde se crearon, aunque muchos coinciden en que fue en Persia en el siglo XVI. Los ejércitos del sah Abás el Grande los implantaron para ayudar a cabalgar a los jinetes, que gracias a los tacones de sus botas podían sujetarse mejor a los estribos y disparar con mayor estabilidad. Sin embargo, en un cuenco persa de cerámica del siglo IX ya se puede observar una bota con tacones, así que vete a saber de dónde salen.
A partir de la década de 1590, esta moda se propagaría como un virus entre la jet set europea, parece que por contactos con el reino persa. En cualquier caso, insistimos: no inventaron el tacón para Luis XIV, ni fue el primero que los utilizó como se ha dicho en muchas revistas, webs y blogs.
Existen muchos ejemplos que demuestran su uso antes. Por ejemplo, Enrique II de Francia los usó en su boda en 1533, y curiosamente en esa boda se documenta también la primera vez que una mujer utilizó tacones: la novia, Catalina de Médici. Además, parece que se popularizó su uso en Venecia y Suecia antes que en Francia, e incluso Carlos II de Inglaterra vistió zapatos de tacón en su coronación, y los lleva puestos en al menos dos cuadros.
La aristocracia los comenzó a utilizar porque «una de las mejores maneras de tener estatus social era a través de costumbres imprácticas», como señala la investigadora de los zapatos Elizabeth Semmelhack. Además, tampoco es que necesitasen correr maratones, así que se podían permitir el lujo de andar no muy cómodos.
Existen muchos ejemplos que demuestran su uso antes. Por ejemplo, Enrique II de Francia los usó en su boda en 1533, y curiosamente en esa boda se documenta también la primera vez que una mujer utilizó tacones: la novia, Catalina de Médici. Además, parece que se popularizó su uso en Venecia y Suecia antes que en Francia, e incluso Carlos II de Inglaterra vistió zapatos de tacón en su coronación, y los lleva puestos en al menos dos cuadros.
Carlos II de Inglaterra |
Las mujeres comenzarían a utilizar los tacones para masculinizar su vestuario, y hacia finales del siglo XVII era una prenda unisex, tanto como lo son hoy en día los vaqueros apretados hasta marcar varices.
Ahora bien, ¿de dónde viene la cantinela de Luis XIV y los tacones? La investigación de Joan Dejean ha dejado ver que Luis XIV fue un apasionado del calzado, lo que está unido a una obsesión por sus piernas largas, que gustaba de mostrar (lo que explica su pose instagramera en su retrato más famoso).
Hacia 1660 apareció el zapatero Nicolás Lestage en escena. Luis XIV le encargó unos zapatos de tacón alto y la creación embelesó al rey francés: «En medio de la solemnidad / Del gran día de su matrimonio / se encontraba embelesado por la obra de Lestage». Exacto, se estaba casando y prefería mirar los zapatos. Lestage se convirtió en zapatero del rey y Luis XIV lo ennobleció. Más tarde, se fabricó una variación de esos zapatos para madame de Pompadour, a la sazón, amante de Luis XVI, que dio nombre a los mismos: tacones Pompadour.
Algunos dicen que la fijación del rey francés por los tacones se debía a que era bajito. Los que defienden esa postura señalan que Luis XIV medía 1,65, cifra llamativa ya que, en realidad, era una altura más que respetable, incluso elevada para la época. Otros historiadores, de hecho, apuntan a que Luis XIV medía 1,80, lo que lo convertiría en un semigigante para la época.
Luis XIV en el retrato en cuestión. |
Madame de Pompadour, amante de Luis XIV. |
La altura tenía poco que ver: a Luis XIV le gustaban los zapatos de tacón rojo porque eran llamativos y denotaban estatus social. Eran tan importantes para él que el pintor Adam Frans van der Meulen, además de pintar batallas en Versalles, las pintó también en las alzas de Luis XIV.
Así las cosas, aunque no fueran inventados para él, ni fuera el primero en vestirlos, sí es cierto que su pasión por el calzado comenzó toda una revolución en la moda europea que llega hasta nuestros días. Los hombres dejarían atrás el tacón con la Ilustración y, sobre todo, tras la Revolución francesa, cuyo pensamiento burgués los convertiría en pieza femenina por considerarlos extravagantes y poco prácticos.
- Semmelhack, E. (2008). Heights of Fashion: A History of the Elevated Shoe. Periscope Publishing.
- Dejean, J. (2008). La esencia del estilo. Nerea.
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