Historias absurdas de la Biblia 1: Jesús y la higuera
La Biblia está llena de relatos
profundos, cargados de significados, de enseñanzas, sin embargo, a veces las historias
que recoge son bastante gratuitas y vacías:
Caminaba Jesús un día junto a sus
discípulos cuando se sintió hambriento. En ese momento se acercó a una higuera
para recoger sus frutos, ignorando que aún no era temporada de higos. Al ver
que no había higos Jesús se enojó, maldijo al árbol y lo fulminó. Y ya está.
Podría parecer que el
comportamiento de Jesús es excesivo, fuera de lugar, un abuso de poder, se
podría pensar que la historia es estúpida y perfectamente prescindible, pero lo
cierto es que debe de encerrar un misterio que en Ad Absurdum aún no hemos
conseguido resolver, puesto que fueron dos los evangelistas que la consideraron
de suficiente importancia como para recogerla en sus textos:
19 Al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no
encontró nada más que hojas.
—¡Nunca más vuelvas a dar fruto! —le dijo.
Y al instante se secó la higuera.
20 Los discípulos se asombraron al ver esto.
—¿Cómo es que se secó la higuera tan pronto? —preguntaron ellos.
21 —Les aseguro que si tienen fe y no dudan —les respondió Jesús—, no
sólo harán lo que he hecho con la higuera, sino que podrán decirle a este
monte: “¡Quítate de ahí y tírate al mar!”, y así se hará. 22 Si ustedes creen,
recibirán todo lo que pidan en oración.
Mateo 21:19-22
13 Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, se acercó, si quizá
hallaría en ella algo: y como vino á ella, nada halló sino hojas; porque no era
tiempo de higos. 14 Entonces Jesús respondiendo, dijo á la higuera: Nunca más
coma nadie fruto de ti para siempre. Y lo oyeron sus discípulos.
Marcos 11:13-14
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