Una batalla con una aeronave... ¡en el siglo XVIII!

Año 1794, Países Bajos. Dos ejércitos están a punto de enfrentarse en combate, pero uno de ellos tiene un arma secreta... aérea. ¿Cómo es eso posible?
Primero pongámonos en situación. Estamos en el período conocido como Guerras Revolucionarias francesas, en concreto en la Primera Coalición (1792-1797), cuando las potencias europeas se propusieron contener a la Francia revolucionaria y fracasaron en el intento.
Esa Primera Coalición unió a Reino Unido, Prusia, Portugal, Nápoles, Cerdeña, Provincias Unidas, España, la Monarquía Habsburgo y, bueno, unos cuantos más, contra Francia. Extraños compañeros de cama, como se suele decir, pero es que a nadie le molaban los vientos que venían de Francia, así que había que arrimar hombros.
Durante los dos primeros años de guerra hubo un tira y afloja (y entremedias se le cayó la cabeza a Luis XVI), y entonces llegó junio de 1794 con la batalla de Fleurus.

Batalla de Fleurus, de Jean-Baptiste Mauzaisse (1837)
La Primera República francesa envió a unos 70.000 soldados al mando de Jean-Baptiste Jourdan a enfrentarse contra los 45.000 de los aliados liderados por Josías de Sajonia-Coburgo-Saalfeld. Ahora es cuando te preguntamos: ¿lo has visto? Sí, en el cuadro de arriba, ¿lo has visto?
Si no lo has visto no te preocupes, que enseguida te lo contamos.
Un año antes, en 1793, el Comité de Salud Pública francés había designado a un nuevo ministro de guerra, Lazare Carnot. Este señor fue el artífice de las levas en masas, que revolucionaría la manera de entender el ejército, pero no nos interesa eso ahora mismo. Carnot era ingeniero y estaba a tope con la inclusión de nueva tecnología para mejorar el arte de la guerra. Así, cuando le propusieron crear un cuerpo de globos aerostáticos, dio el visto bueno.
El químico y político Louis-Bernard Guyton de Morveau, experimentando en el uso de globos aerostáticos, propuso usarlos para reconocimiento y observación. Otros como Joseph Montgolfier, coinventor del primer globo, pensaron que incluso se podría utilizar para bombardear ciudades rebeldes. No tardaron en ponerse manos a la obra con los globos.
El castillo de Meudon, hogar del delfín de Francia, fue transformado en parte en fábrica de globos, y en octubre de 1793 recibieron la orden de entregar uno al ejército de Juan-Baptiste Jourdan. Ahora es el momento de volver al cuadro de antes y mirar bien en la parte superior derecha.
A Jourdan no le gustó mucho la idea. Dijo que "se necesita más un batallón en el frente que un globo", pero le tocó lidiar con el globo.
En abril de 1794, el Comité de Salud Pública francés estableció la primera unidad aérea de combate del mundo, la Première Compagnie d'Aérostiers. Se trataba de 20 hombres encargados de reconocimiento, observación, señalización y lanzamiento de propaganda. El globo enviado a Jourdan se llamó l'Entreprenant.

Transporte de l'Entreprenant a la batalla de Fleurus
El 2 de junio de 1794 l'Entreprenant marchó a la guerra, a la batalla de Fleurus. El globo estuvo nueve horas en vuelo durante la batalla, y durante esas horas sirvió para divisar a las tropas austríacas, confirmar que la guarnición de la ciudad estaba a punto de caer y, en resumen, informar de posición de tropas y diversas informaciones a los comandantes franceses. De hecho, el propio Jourdan utilizó el globo para divisar la batalla desde las alturas, y transmitió algunas órdenes dejando caer mensajes en bolsitas rellenas de arena atadas a cuerdas que iban a parar al cuartel general.
Además, tuvo tiempo de sufrir el primer ataque antiaéreo de la historia, cuando dos balas de cañón pasaron muy cerca del globo.
Según Guyton de Morveau, uno de impulsores de la idea, que fue uno de los pilotos del globo, Jourdan dispuso las tropas mediante el uso del globo, y para el historiador Lennart Ege, "prácticamente todos los movimientos de las tropas francesas fueron dirigidos exclusivamente desde el aire". No todos los relatos de la batalla coinciden en lo que señala Guyton de Morveau, pero en cualquier caso el uso del globo fue más que destacado.
La batalla fue un episodio clave en la guerra, pues supuso la expulsión de los austríacos y sus aliados de Países Bajos, así como la desaparición de la república holandesa, cuyo territorio pasó a manos francesas.
Por su parte, la Première Compagnie d'Aérostiers salió reforzada y el Comité de Salud Pública encargó dos nuevos globos, L'Hercule y L'Intrepide, y estableció una base de entrenamiento aeronáutico permanente en Meudon. Tras la derrota de Jourdan en la batalla de Würtzburg, la compañía fue capturada por los austriacos, y por eso en Viena se encuentra L'Intrépide, el globo aerostático más antiguo conservado de Europa.

L'Intrépide en el Museo de Historia Militar de Viena.

La historia de la Première Compagnie d'Aérostiers llega a tiempos de Napoleón, que llegó a embarcar uno de los globos en su expedición a Egipto. Sin embargo, el almirante inglés Nelson hundió los barcos durante la batalla del Nilo y dejó a Napoleón sin apoyo naval ni... bueno, aéreo. Este y otros reveses llevaron a la compañía a su desaparición y a la escuela de instrucción al cierre.

  • Richard P. Hallion (2003). Talking flight. Inventing the aerial age from antiquity through the First World War. Oxford University Press.
  • Charles Coulston Gillispie (2004). Science and Polity in France: The Revolutionary and Napoleonic Years. Princeton University Press.
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