Ius Osculi, obligatorio besar a tu marido en la boca


A pesar de la imagen que sobre la antigua Roma nos venden películas y series de televisión, con una sociedad que poco menos que montaba orgías en la vía pública y que realizaba todo tipo de prácticas sexuales, lo cierto es que la pudicitia, es decir, la “modestia” o “virtud sexual”, así como la honorabilidad de una familia eran algo muy importante, y tan fáciles de romper como dar un beso o hacer una caricia en público.
En efecto, los romanos se guardaban mucho de realizar muestras de afecto públicas. Sin embargo, una antiquísima ley contradecía todo esto.
Y es que para las mujeres casadas era obligatorio besar todos los días a su marido en la boca. Puede parecer extraño que esto fuera una obligación estipulada por la ley en una sociedad tan pudorosa como hemos dicho, pero aún lo es más si profundizamos y descubrimos que no solo era obligación besar al marido, sino también a sus parientes, y siempre en la boca.
¿Absurdo? Pues aún hay más. Lo más absurdo de todo es la explicación a la existencia de esa ley: era un control de alcoholemia.



La obligación de besar al marido en la boca era una prueba para comprobar que la esposa no había consumido bebidas alcohólicas. El hecho de besar a los parientes de él también en la boca era una forma de asegurarse. De esta forma el marido tenía una segunda opinión y aumentaba las posibilidades de descubrir si su esposa había bebido.
Pero… ¿por qué tanto interés por descubrir el consumo de bebidas alcohólicas?
Pues básicamente porque si nos remontamos a los primerísimos romanos, existía entre ellos la creencia de que el alcohol estaba indisolublemente unido al adulterio. Se consideraba que cuando una mujer bebía, aumentaba el riesgo de que esta fuera infiel a su marido.


Hefesto intenta averiguar si su esposa Afrodita le ha sido infiel. Pero acabaría antes
mirando debajo de la cama que hay detrás de él.
Por ello en los primeros años de historia de Roma las mujeres tenían completamente prohibido el consumo de alcohol. Y dar positivo en este control podía costar desde una paliza, al repudio o incluso la muerte. Tal fue el caso de un romano llamado Egnacio Mecenio que, según Valerio Máximo, mató a golpes a su esposa por haber bebido.
Beber tenía el mismo castigo que el adulterio, para ellos era lo mismo, y explica Plinio el Viejo que a menudo las mujeres eran condenadas a encierro en una habitación de la casa donde se les dejaba morir de hambre. ¡Ah, los romanos! Esos señores que nos trajeron la civilización.
No obstante, esta prohibición se perdió con el paso del tiempo, y las mujeres comenzaron a beber sin problemas, en privado y en público. Sin embargo, la ley que obligaba a las mujeres a besar a sus maridos y parientes no desapareció y se mantuvo como una tradición más sin sentido.
    Cuando besar a tu marido es una obligación.

  • Angela, Alberto (2015): Amor y sexo en la antigua Roma, La Esfera de los Libros.
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