Cuando el feminismo irrumpió en la ciencia ficción
La ciencia ficción es, en esencia, literatura de especulación. Esa especulación es la que llevó a imaginar robots, viajes en el tiempo, mundos alternativos, realidades paralelas, alienígenas...
La exploración alcanzó temas sociales y, por supuesto, se abrazó al feminismo y dio una serie de obras muy destacadas y personas que se enmarcaron en esta faceta de la ciencia ficción. Pero ¿de qué puede servir la relación entre ciencia ficción y feminismo?
"La ciencia ficción y la fantasía sirven como vehículos importantes al feminismo, concretamente como puentes entre la teoría y la práctica. Ningún otro género invita tan activamente a crear recreaciones de las metas finales del feminismo: mundos libres de sexismo, mundos en los que las contribuciones de la mujer (a la ciencia) sean reconocidos y valorados, en los que se reconozca la diversidad del deseo y la sexualidad femenina, y mundos que se muevan más allá del género". Elyce Rae Helford.
Bien, sentadas las bases, pongamos un nombre sobre la mesa para centrarnos un poco: Ursula K. Le Guin.
Es una escritora estadounidense nacida en 1929, conocida principalmente por sus obras de fantasía y ciencia ficción. Cuenta en su haber con los mayores reconocimientos del género (Hugo, Nébula, Locus, World Fantasy...) y de fuera del mismo (Medal of Distinguished Contribution to American Letters) y fue la primera mujer nombrada Gran Maestra por la SFWA. Además, ha recibido un raro honor: The Library of America está publicando todas sus obras, algo que no suele hacer con autores vivos (solo lo han hecho con tres más: Eudora Welty, Saul Bellow y Philip Roth).
Ahora bien, ¿por qué hablamos de ella? Entre los 60 y los 80 se enmarca la conocida como Segunda Ola Feminista, y en esta época aparecen los primeros escritos de Le Guin y de otras autoras que empujaron este movimiento desde el ámbito literario y, en concreto, dentro de la ciencia ficción.
En 1969 aparece La mano izquierda de la oscuridad, obra que rompe los moldes del género y se convierte en un clásico indiscutible. En ella aparece Gueden, un mundo en el que la especie humana es hermafrodita. Durante la mayor parte del tiempo, sus habitantes son neutros, pero cada mes, durante unos días, atraviesan una etapa de celo y sus genitales se tornan masculinos o femeninos de manera azarosa.
Así, la sociedad no se construye en base al género y los genitales de los pobladores, en sus propias palabras, "eliminé el género para descubrir lo que quedaba". La visión de esta sociedad viene de la mano del personaje protagonista, un embajador de otro planeta que también es humano. Sin embargo, él no es hermafrodita, es un hombre que se siente extraño en ese mundo y que no comprende una sociedad sin género.
Esta obra ahonda en todos esos aspectos de la sociedad que están condicionados por género y sexo, incluidos violencia, guerra, religión y política. De hecho, la autora apunta a que una sociedad sin género sería una sociedad sin guerra, pues se eliminaría la profunda dualidad implícita en las relaciones de género y por tanto la contraposición nosotros-ellos estaría menos marcada.
Si pasamos a otra famosa obra de Le Guin, Los desposeídos: una utopía ambigua, encontramos que, además del género, se aborda la política. En la novela se presentan dos planetas, Urras y Anarres, cada uno con una sociedad diferente, sobre todo en lo relativo a roles de género. Anarres es una colonia anarquista nacida de una revolución liderada por Laia Odo, mujer que sentó las bases de las ideas sobre las que se construyó esa sociedad: igualitarismo y solidaridad. Es una sociedad sin gobierno, sin jerarquía social y sin diferencias sociales entre hombres y mujeres. Los mismos nombres de los habitantes son muestra de ello, pues son generados por computadoras, no indican sexo ni pertenencia familiar. Otro punto de interés es que no existe el matrimonio, sino "asociaciones" de personas que eligen estar juntos como iguales e independientes, en algunos casos con tendencias anti-monógamas.
En estas obras, Le Guin ataca las diferencias entre hombres y mujeres impuestas por la sociedad y que aceptamos consciente e inconscientemente, aunque los temas que toca van también desde la política al ecologismo. No podemos dejar de recomendar otras obras como El nombre del mundo es bosque o relatos como El día antes de la revolución (que narra la vida de la revolucionaria Odo cuando ya es anciana), Los que se van de Omelas o Más vasto que los imperios, y más lento.
Hasta ahora hemos presentado a esta autora y sus dos obras, pero alguien se puede preguntar: "¿y qué me quieres contar?" Pues bien, a lo largo de la entrada hemos podido atisbar cómo el feminismo influyó en su obra, y cuáles han sido los temas que más tocaba. ¿De qué sirve esto a la historia o al feminismo?
A nivel histórico, es muy importante saber qué papel otorga cada sociedad a sus miembros. El estudio de la mujer ayuda a comprender cómo se conformaban las comunidades, las relaciones entre sus miembros y los mecanismos de las mismas. La antropología ha ahondado en estos aspectos y ha permitido conocer mucho mejor la historia, sin quedarnos en una historia masculina, de élites y político-militar. Pero no todo tienen que ser artículos científicos, también se puede recurrir a la literatura.
Al escribir ciencia ficción, suprimir los límites que establece nuestra sociedad, la realidad que vivimos ahora mismo, se puede atisbar más allá, echar un vistazo a otros mundos. Dicho así parece muy utópico, pero estos escritos ayudan incluso a ser conscientes de las barreras que establece nuestro entorno, los elementos que condicionan nuestro comportamiento y que influyen de manera decisiva en nuestra forma de ser, de entender el mundo. En cierto sentido, ese es un trabajo que no es ajeno al historiador, que debe dar un paso atrás para abstraerse de las convenciones que lo atan, y así diseccionar las sociedades para estudiarlas.
La especulación en temas como el sexo o género permite encontrar esas barreras, delimitarlas y derribarlas para construir otro tipo de sociedad. Lo interesante de este tipo de obras no reside en que sean realidades muy diferentes a la nuestra, "cosas de marcianos para frikis", sino que ayudan a comprender en qué tipo de mundo vivimos, qué sociedad hemos construido. Y comprenderla es el primer paso para cambiarla.
Entrevistas y artículos sobre Ursula K. Le Guin:
- Ursula K Le Guin: 'I wish we could all live in a big house with unlocked doors', en The Guardian.
- Ursula Le Guin Has Earned a Rare Honor. Just Don’t Call Her a Sci-Fi Writer, en The New York Times.
- Ursula K. Le Guin: la utopía anarquista, en El Mundo.
- El hombre hembra, de Joan Russ.
- La saga Xenogenesis, de Octavia E. Butler.
- El cuento de la criada, de Margaret Atwood.
- Bitch planet, de Kelly Sue DeConnick y Valentine De Landro.
- "Feminist Science-Fiction? Gender Aspects in Ursula K. Le Guin's "The Dispossessed" and Feminist Criticism".
- En 'La nave invisible' se tratan estos temas y se habla de ciencia ficción y fantasía escrita por mujeres:
- La escritora Kameron Hurley publicó The geek feminist revolution, ensayos sobre feminismo y cultura friki que se publicará este año en castellano.
- Feminismo y New Weird, por Armando Saldaña.
Qué chulada de artículo, no sabía nada de esta autora, muchas gracias por descubrirnosla
ResponderEliminar¡Gracias a ti por contestar!
EliminarEs una autora que merece mucho la pena, así que nos alegra que te guste.
¡Muchísimas gracias por este artículo, las recomendaciones de las escritoras y los ensayos! Siempre es fascinante e importante leer sobre este tipo de reflexiones, tan poco habituales entre una gran parte de los escritores de ciencia ficción (y otros campos).
ResponderEliminar¡Gracias!
Atte. Rika~