Sobre un turco y una Targaryen y un poco de Terry (T+T+T=?)

Daenerys de la casa Tal,
Madre de Fulanos
¿Qué podrían tener en común la joven y atractiva Daenerys de la casa Targaryen y el vehemente gobernador turco de Alepo y Mosul Imad al-din Zangi? Si pudiéramos omitir las barreras espacio temporales y unir fantasía y ficción con realidad y juntar a estos dos personajes en un bar cualquiera para tomar una copa de Terry con ellos, las diferencias a primera vista serían evidentes, o quizás no tanto…
De un lado, tendríamos a Daenerys Targaryen, una adolescente de unos 16 años de edad y dueña de tres dragones con los que se pasea de allí para acá conquistando ciudades y liberando esclavos con el fin último de reclamar el Trono de Hierro que le espera al otro lado del Mar Angosto. De ojos púrpura y cabello plateado, atributos célebres de los miembros de la dinastía Targaryen, se revela también con una belleza irresistible para la mayoría de los mortales, consiguiendo con el paso del tiempo acumular prestigio y seguidores incondicionales. A la hora de presentarse, le diría a Zangi toda la retahíla de títulos intimidatorios con los que suele presentarse: 

“Soy Daenerys de la Tormenta de la Casa Targaryen, Primera de su nombre, La que no arde, Reina de Meereen y Rhoynar, verdadera Reina de los Ándalos y los Primeros Hombres, Khaleesi del Gran Mar del Pasto, Rompedora de cadenas y Madre de Dragones”.

Al otro lado, sacado del contexto de las dos primeras cruzadas, tendríamos a un veterano combatiente musulmán llamado Imad al-din Zangi, o Zangi a secas para los amigos, responsable de orquestar la primera gran respuesta organizada de los musulmanes contra los cruzados cristianos asentados en Oriente. De piel morena y ojos rasgados, provisto de una barba negrísima como el carbón y más enmarañada que los libros de Julio Aróstegui, tendríamos a un tertuliano con una ambición desmesurada, con talento tanto para empuñar el sable contra musulmanes y cristianos como la jarra para beber hasta perder el conocimiento, así como a un personaje astuto y dispuesto a recurrir a todo tipo de perfidias para abrirse paso hasta sus objetivos. Tras escuchar la presentación de su homóloga Targaryen, arquería una de sus negras cejas, tomaría aire y empezaría su interminable lista de títulos:
El emir y atabeg Fulano de Tal

“Soy el emir, el general, el grande, el justo, el ayudante de Dios, el triunfador, el único, el pilar de la religión, la piedra angular del Islam, el ornamento del Islam, el protector de las criaturas, el asociado de la dinastía, el auxiliar de la doctrina, la grandeza de la nación, el honor de los reyes, el apoyo de los sultanes, el vencedor de los infieles, de los rebeldes y de los ateos, el jefe de los ejércitos musulmanes, el rey victorioso, el rey de los príncipes, el sol de los méritos, el emir de los dos Iraq y de Siria, el conquistador de Irán, Bahlawan Yihan Alp Inasay Kotlogh Toghrulbeg atabeg Abu-Said Zangi Ibn Aq Sonqor, sostén del príncipe de los creyentes”.

Totalmente distintos, ambos líderes aún siendo de mundos diferentes eran conscientes de la importancia de tener un buen nombre adornado de cuantos títulos fueran necesarios para intimidar a sus súbditos y adversarios allá donde estuvieran. Pero según el cronista de Damasco Ibn al-Qalanisi, al turco Zangi parece que se le fue totalmente de las manos; era tan engorroso escribir todos los títulos de Zangi que el pobre cronista damasceno optó por mencionarlo como “el emir y atabeg Fulano de Tal”, ya que de lo contrario su relato se habría tornado ilegible e insufrible para todos sus lectores.
Zangi acabaría su vida una noche de borrachera, siendo apuñalado por un esclavo al que había jurado matar a la mañana siguiente por pillarlo bebiendo de su propia copa. Pero Daenerys Targaryen tiene todavía, esperemos, mucha vida por delante….¿se le irá la pinza como a Zangi e irá incrementando su retahíla de títulos hasta pasar a la historia como Daenerys de la casa Tal madre de Fulanos


  • Maalouf, A., Las cruzadas vistas por los árabes, Madrid, 2012.



En colaboración con Ad Absurdum:


Adrián Rosell Lucas, graduado en Historia por la   Universidad de Murcia y máster en Identidad Europea Medieval por la Universitat de Lleida.

"Todas las cosas tienen un fin, excepto las salchichas, que tienen dos."



No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.