Varo y su pifia en Teutoburgo
Buenos días tengan los lectores, hoy los grandiosos
Berserkers de la Germania antigua han viajado en el tiempo, para escribir este
post, que deseamos que sea del agrado del lector. Hablaremos de las invasiones romanas hacia Germania, las
heroicas luchas de los germanos y la estupidez de algunos codiciosos romanos.
Empezaremos haciendo un inciso en la época en la que Julio
Cesar invade la Galia y define la frontera romana en el Rin. Los germanos, poco habituados a respetar las fronteras,
comúnmente hacían incursiones sobre la Galia, con tal de saquear la susodicha,
no solo afectando a sus habitantes, sino también a los romanos, como fue
el caso de Marco LOLio, el cual fue emboscado por varias tribus germanas,
perdiendo el estandarte de la Legión V Alaudae.
Ante un peligro y temor por las incursiones cada vez mayor, los romanos respondieron con una campaña en la que el general Druso extendió los márgenes fronterizos hasta el río Elba, y Tiberio reunió un
ejercito de más de 100.000 hombres para someter a la tribu de los Suevos, los
cuales, por lo visto, eran duros de pelar.
Germania fue “conquistada”, pero el que los germanos
fueran siempre hostiles provocó que el gobierno romano solamente llegara
allí donde tuvieran una legión.
Con toda la zona de Germania “controlada”, el emperador
Augusto, envió a Publio Quintilio Varo, a someter e imponer la ley romana en la
Germania. Este gobernador fue muy famoso por su buen gobierno en provincias
como Siria, donde se dijo algo como: “Llegó pobre a una provincia
rica, se va rico de una provincia pobre.”
Bueno, tan bueno fue su gobierno, que casi todas las tribus
de la zona conspiraban para quitárselo de encima, y entre ellas estaban los
Queruscos y su grandiosísimo caudillo Arminio.
Varo cruzó el Rin con tres legiones (XVII, XVIII, XIX) para
pasar el veranito en Germania, pero cuando el solecito típico del lugar cambiaba para dar paso al invierno, Varo ordenó el desmantelamiento de los
campamentos y el viaje de regreso al Rin, donde iban a pasar el invierno.
A la vez que empezaron a viajar, a oídos de Varo llegó la
noticia de una revuelta por parte de algunas tribus, por lo que que Varo avanzó
junto a sus tres legiones, el bagaje y las cortesanas del ejercito.
Arminio, que por entonces era jefe de cohorte auxiliar y
ciudadano romano, dijo a Varo una “mejor” ruta para alcanzar a los
insurrectos, por la zona del bosque de Teutoburgo.
Varo, a pesar de ser advertido por sus oficiales de desconfiar de
Arminio, hizo caso omiso, enviando toda la columna hacia
Teutoburgo.
Arminio, ya alejado de la columna romana, ordenó a sus
más de veinte mil hombres, que arremetieran contra la columna de Varo,
aprovechando el desorden del atasco que se formó durante la marcha romana.
Tras días de lucha, las legiones XVII, XVIII y XIX, fueron
masacradas, y su general, Varo, se suicidó.
Arminio envió la cabeza de Varo a Augusto, el cual dijo algo
así como: “Varo devuélveme mis legiones, que me las has robao, que me las has
robao, que me las has quitao!”
Y aquí concluye la vida del gran gobernador de Germania,
Publio Quintilio Varo, el cual “llegó entero a una provincia dividida, y salió
descuartizado de una provincia unida”.
Años más tarde, el emperador Tiberio, enviaría a su sobrino Julio Cesar Germanico, con un ejercito de más de 80000 hombres, para derrotar a
los germanos y recuperar las águilas de las tres legiones masacradas en
Teutoburgo. Este general derrotó a Arminio en la que fuera
la ultima batalla de este, Idistaviso, antes de ser asesinado por la familia de
su mujer.
Germania, seguiría siendo hostil a la dominación romana hasta el
fin de los tiempos, lo que llevó a los romanos a cejar en su empeño, retirándose a las orillas del Rin y del Danubio.
En colaboración con Ad Absurdum:
de Olvera (Cádiz), y uno de nuestros más fieles seguidores y fanáticos defensores.
"¡Varo! ¡No te metas pa' lo hondo! (y menos si es en Germania)." |
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