68 años de hipo

Charles Osborne
Fue difícil hacerle la foto y que saliese bien
¿Sabías que algunos récords Guinness no son públicos? Pues así es. Resulta que existen muchos récords que, por el peligro que suponen, no se publican con el objetivo de que nadie intente imitarlos. Y es que los editores del Libro Guinness se dieron cuenta de que, por ejemplo, al poco tiempo de publicar las mascotas más gordas del mundo, muchos gatos morían debido a los atracones a los que los sometían sus dueños; o que la gente se empeñaba en intentar superar el récord de tiempo sin respirar bajo el agua (actualmente de 22 minutos) con resultados bochornosos.
En Ad Absurdum ya hemos hablado de algunos de los récords más absurdos del mundo, algunos con la intención de que nuestros lectores traten de reproducirlos, pero hoy os traemos uno bastante difícil de imitar, hoy vamos a hablar de Charles Osborne, récord al ataque de hipo más largo de la historia.
Charles Osborne nació en Anthon (Iowa) en 1894, pero la parte de su vida que realmente nos interesa comienza en 1922, cuando este señor se encontraba haciendo cosas de joven estadounidense: pesar un cerdo antes de matarlo. Se conoce que el animal debía tener algún tipo de protección divina, y al saberse en los últimos instantes de su vida, maldijo, de alguna manera a nuestro protagonista. Así pues, mientras lo pesaba, le sobrevino un ataque de hipo. Al principio no le dio importancia, no era más que hipo, pero comenzaron a pasar los minutos, pasaron horas, y la cosa se volvió preocupante...
Los días pasaban, y consultó a varios médicos que no supieron encontrar el remedio para su hipo. Pasaron semanas, pasaron meses y pasaron años, y no hubo manera.
Al principio el hipo de Osborne le producía 40 espasmos por minutos, pero con el paso de los años se redujo a 20 veces por minuto. Lo que al principio parecía un infierno, al final se convirtió una característica suya, tuvo que aprender a convivir con ello. 
Y así fue durante 68 años, hasta que una mañana de 1990, a sus 96 años, Charles Osborne se percató de que algo había cambiado en él, no sentía espasmo alguno. ¡Su hipo había desaparecido! Suponemos que fue una alegría para él, pero quizás también tuvo que rehacer su vida sin su fiel compañero el hipo... llegaría incluso a echarlo de menos ¿no? En cualquier caso, poco le duró su nueva vida, pues un año después murió a los 97 años de edad.


1 comentario:

Con la tecnología de Blogger.