El árbol de Teneré y el idiota que se estampó contra él
Teneré es una región de Níger de unos 400.000 km² con un clima digamos… poco propicio para la existencia de vida. De hecho, en muchas publicaciones se la describe como un desierto dentro de un desierto. Para llegar allí hay que atravesar algo así como 700 kilómetros de dunas del Sáhara para, finalmente, encontrar más desierto (tampoco es extraño que fuera precisamente allí donde surgiese la idea del París-Dakar).
En contra de lo que pueda parecer, esta región es Patrimonio de la Humanidad desde principios de los noventa por su singularidad y, para colmo, es un lugar de paso de caravanas dedicadas al transporte de sal. Estos son los dos elementos que has de tener en cuenta para esta triste historia.
Como hemos advertido, esta región es poco amiga de la vida y sin embargo un solitario árbol se alzó desafiante, el árbol de Teneré. Se trataba de una acacia que, sin más remedio, se ganó el epíteto de “el árbol más aislado del planeta”. Efectivamente, en un radio de 400 kilómetros a la redonda era imposible encontrar ningún otro árbol.
Aspecto del árbol en 1939. |
El truco: unas raíces que se adentraban 35 metros tierra adentro en busca del agua de un pequeño acuífero que se descubrió con la excavación de un pozo en 1939.
Aquel fenómeno, claro está, llamó la atención de los viajeros que tuvieron la suerte de cruzarse con él. Existen testimonios desde 1921 que hablaban de él, y algunos expertos llegaron a estimar su edad en 300 años. Vamos, una auténtica reliquia natural. El hecho de que sobreviviera tantos años a los abusos del ser humano se debía precisamente a que los tuareg supieron valorar su singularidad. De hecho, antes de llegar, una señalización de carretera indicaba.
Pero todo eso iba a cambiar. En 1959, un viajero que había descrito el árbol en 1934, volvió a cruzárselo y dejó por escrito que lo había encontrado casi seco, muy afectado. Según algunos testimonios, al parecer un camión militar lo había golpeado partiéndole una rama. Aquello era increíble: un camión que tenía espacio de sobra para esquivar el árbol más aislado del mundo, lo había golpeado… Parecía mentira, pero así lo relataban muchos. Poco más de una década después, un segundo conductor despejaría las dudas de los escépticos.
El árbol en 1961. A su lado los dos pozos que se excavaron. |
Pese al primer golpe, el árbol seguía con vida, hasta que en otoño de 1973 un camionero borracho se estampó contra el solitario vegetal. Esta vez no le rompió una rama, sino que fue un choque frontal que acabó con la vida de la acacia.
400 kilómetros a la redonda, recordamos, no había ningún otro árbol. 400 kilómetros separan Madrid de Bilbao, Murcia o Granada. Es la distancia entre Sevilla y Almería, entre Teruel y Vitoria, Cuenca y Zamora, Zaragoza y Albacete. 400 kilómetros a la redonda y ni un solo árbol, sino desierto y más desierto. Vamos, que espacio había para pasar. Y aquel camionero ebrio vino a chocar con aquel único árbol que en siglos ningún tuareg o viajero se había atrevido siquiera a tocar. Su camión se salió de la carretera y vino a detenerse contra aquella singularidad.
Momento en que retiran los restos del árbol en 1973. |
Muerto el árbol, el 8 de noviembre de 1973 se procedió a retirarlo del lugar y sus restos se trasladaron a la capital de Níger, Niamey, donde aún se conservan en un museo.
En el lugar donde se alzaba desafiante aquella acacia no se avista ni un triste retoño, y en su lugar se levanta un monumento conmemorativo hecho a base de tuberías de metal, bidones de gasolina y alguna que otra pieza de vehículo (quién sabe si del desgraciado camión).
Monumento de metal en el lugar donde se levantó el árbol más aislado del mundo. |
A día de hoy, desconocemos qué árbol habrá recogido el testigo de la acacia de Teneré como el árbol más aislado del mundo, y aunque hay quien ha propuesto el Árbol de la vida de Baréin, lo cierto es que su radio de 2 kilómetros sin un compañero dista mucho del de Níger.
Pero para no quedarnos con este mal sabor de boca, os dejamos con un poco de música porque una canción del grupo de rock español Los Nikis tiene una canción titulada París-Dakar que dice así:
Soy el hombre más rápido del país,
soy el número uno desde París.
En mi horóscopo dice que voy a triunfar,
y todos piensan que puedo ganar el París-Dakar.
Un despiste lo ha echado todo a perder,
me he estrellado en el árbol del Teneré.
El horóscopo ha vuelto a fracasar,
creo que no podré ganar el París-Dakar.
Dos mil quinientos nativos
vienen chillando hacia mí:
tronché su árbol sagrado,
creo que voy a morir.
Era el hombre más rápido del país,
era el número uno desde París.
Ahora me van a cocinar y a devorar,
esto no es manera de acabar el París-Dakar,
esto no es manera de acabar el París-Dakar.
- The 153 Club:
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