Dar cobre por plata: la estafa francesa a los turcos en el siglo XVII

Habéis visto que las pesetas se están poniendo de moda como accesorios? Monedas sin valor económico que alcanzan tranquilamente los 20€ en colgantes, pulseras, gemelos… ¿Cómo os quedáis si os digo que algo similar se dio en el Imperio otomano entre 1655 y 1675? A cuadros, lo sé.
Pero primero hablemos de Francia: en la década de 1650 se acuñaron una serie de monedas formada por el escudo de plata y sus fracciones (el medio escudo, el cuarto de escudo y la duodécima parte de escudo). Estos últimos eran conocidos como “pequeños luises”. Muy bonitos y relucientes, de una calidad increíble, pero que acabaron por provocar una crisis especulativa. Más majos ellos...


Luis XIV cuando todavía se meaba en la cama
(1643, con 5 años, mismo año que es coronado rey)

A los otomanos estas monedas les gustaron muchísimo, y empezaron a usarlas como joyería, hasta en la ropa, ¿os suena de algo? En relativo poco tiempo, el precio de los luises se disparó y se dieron casos donde se pagó un escudo por seis luises. Monedas convertidas en mercancía. Mercancía muy demandada.
Entonces, algunos especuladores franceses decidieron aumentar el beneficio y acuñaron luises con menos plata y más cobre. Para evitarse problemas fueron a los “pocos” nobles que quedaban con derecho de acuñar moneda. En este momento se añadió un tercer protagonista: Génova, donde era bastante grande el número de feudos con derecho a acuñación. Los nobles pusieron en arrendamiento sus cecas a especuladores que sacaron todo el provecho posible y más: muchas monedas de muy mala calidad que se vendieron a precio muy elevado.

Douzième D'écu à la mèche longue 1657 Lyon
Fuente: cgb.fr

Los turcos tampoco fueron tontos. Muchos funcionarios se dieron cuenta del fraude y de vez en cuando incautaron algunos barcos para *sonido de tambores* quedarse los luises y venderlos ellos
Los ingleses, que son muy ******** cuando quieren, acabaron por meter el hocico. Se dieron cuenta de todo el percal y se quejaron al sultán. En Francia se prohibieron estas monedas y en el Imperio otomano se castigó a los participantes en 1661; seis años después en Génova se prohibieron. ¿Todo arreglado? Nope.



En Génova siguieron acuñándose monedas, pero acabó siendo aislada por todos los involucrados, a excepción de -vais a fliparlo- los turcos, pero no pudieron hacer mucho contra la propaganda francesa. Aquí es cuando todo se fue a la m*****.
Los luises perdieron su valor y todo el mundo intentó librarse de ellas. ¿Qué pasó? Que no pudieron. Y CRISIS, Y MUERTE Y DESTRUCCIÓN… O no.
Este hecho ha sido exagerado y se le ha llegado a considerar como la GRAN crisis (Pista: no). Estaban ya metidos en más guerras de las que podía aguantar y su debilidad empezaba a ser notable. Esta crisis pudo agravar la situación, pero no fue el fin del mundo. Se recuperaron las monedas malas, se fundieron y se mandaron a sus dueños. Finiquitao’ y a por otro frente
En conclusión, Francia se había aprovechado, Génova el doble, Inglaterra se quejó y los otomanos se comieron las monedas malas. Todo en apenas 25 años. Y recordad, niños: No compréis monedas como adorno si no queréis ser estafados.


  • CIPOLLA, CARLO M. (2007). Tres historias extravagantes. Grupo Anaya.


En colaboración con Ad Absurdum:




Rubén Alonso López, estudiante de Historia en la UCLM. No sabe qué va a hacer con su vida, pero sí que le gustan las patatas, la Historia de género y las patatas. También escribe y se queja de cosas.


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