El espectacular ataque de los comandos al puerto de Saint-Nazaire

Hoy contamos con un invitado muy especial, David López Cabia, autor del libro que acaba de ver la luz bajo el título Indeseables de la editorial Círculo Rojo. Se trata de una novela que narra las hazañas del teniente Rodney Moore y su grupo de élite en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, en una Europa, la de 1942, que parece que caerá irremediablemente en manos del régimen nazi.
Hemos invitado a su autor para que nos cuente una de las anécdotas que vivieron los comandos británicos que protagonizan su libro. Si te gusta, abajo encontrarás toda la información sobre el autor y su obra.

El espectacular ataque de los comandos al puerto de Saint-Nazaire

Una de las acciones más audaces de los comandos en la Segunda Guerra Mundial fue la Operación Chariot, el ataque al puerto de Saint-Nazaire. El objetivo de los británicos era destruir el dique seco del puerto, para que de ese modo, los alemanes no pudiesen albergar al temido acorazado Tirpitz.
Eran malos tiempos para los aliados y Gran Bretaña necesitaba asegurarse el dominio de los mares para continuar combatiendo a la Alemania nazi. El monstruoso acorazado Bismarck, hundido el 27 de mayo de 1941, había causado serios problemas a la Royal Navy y su nave gemela, el Tirpitz, continuaba en servicio. Por ello, era imperativo destruir el dique seco de Saint-Nazaire, en la desembocadura del río Loira. Con el dique seco de Saint-Nazaire fuera de servicio, el Tirpitz carecería de un refugio donde poder ser reparado y reabastecido.
Para ello, los británicos idearon un espectacular ataque: la Operación Chariot. El plan consistía en empotrar un viejo destructor cargado de explosivos contra las esclusas del dique. Para tal propósito los británicos recortaron dos chimeneas del destructor Campbelltown e izaron la bandera con la esvástica. Semejante estratagema les permitiría engañar a los alemanes. El buque iría escoltado por una flotilla de lanchas, y una vez el destructor impactase contra el dique, los comandos descenderían de Campbelltown para destruir las instalaciones portuarias.
El peculiar caballo de Troya de los británicos, en la noche del 28 de marzo de 1942, consiguió internarse en el puerto, aunque finalmente, los alemanes descubrieron las intenciones del destructor y su flotilla de lanchas. Pese al intenso diluvio de fuego que cayó sobre el Campbelltown, los británicos lograron empotrar el barco contra el dique seco
Los comandos descendieron de sus embarcaciones y arrasaron las instalaciones portuarias. Una vez destruidos sus objetivos acudieron al punto de reunión para ser evacuados, pero para su desgracia, descubrieron que las lanchas en las que debían huir habían sido destruidas. En aquella tesitura, los comandos optaron por huir en pequeños grupos a través de las calles de Saint-Nazaire. Sin embargo, los defensores alemanes les superaban en número y terminaron por capturarles en su intento de evasión. Solo cinco hombres lograron escapar del implacable cerco alemán.
Por la mañana, los alemanes celebraban la victoria en la defensa del puerto de Saint-Nazaire. Pero una gran sorpresa estaba por llegar. Las cargas instaladas en el Campbelltown, que permanecía empotrado en las compuertas del dique seco, hicieron explosión. Y es que los comandos, pese a haber caído prisioneros, no habían desvelado la gran cantidad de explosivos que albergaba el vetusto destructor. Los británicos habían cumplido su misión y el dique seco había sido destruido. Los grandes barcos alemanes, entre los que se encontraba el Tirpitz, no podrían ser reparados en Saint-Nazaire.


En colaboración con Ad Absurdum:

David López Cabia nació en Burgos en 1986. Tras cursar sus estudios en la Universidad de Burgos obtuvo la Diplomatura en Ciencias Empresariales, la Licenciatura en Administración y Dirección de Empresas y el Máster de Profesorado. También tiene un Máster en Asesoría Jurídica de Empresas por la Universidad Internacional de la Rioja.
Apasionado de la Historia y en particular de un periodo tan trascendental como la Segunda Guerra Mundial, desde una edad temprana comenzó a interesarse por el mayor conflicto bélico que ha conocido la Humanidad. Debutó como escritor con su novela La Última Isla (Afronta Editorial) en la cual narra la crudeza del frente del Pacífico. En su segunda obra En el Infierno Blanco (Afronta Editorial) cambia de escenario bélico y nos traslada a los campos de batalla de Normandía y las Ardenas.
Con su nueva obra, Indeseables (Editorial Círculo Rojo), David nos sumerge en el arriesgado mundo de las operaciones especiales que lanzaron los aliados en la Segunda Guerra Mundial.

Para conseguir un ejemplar firmado por el autor, puedes contactar en info@davidlopezcabia.es o en dlopezc128@gmail.com
Si deseas contactar con el autor, puedes hacerlo a través de su página web www.davidlopezcabia.es

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