Un doble naufragio vikingo postmoderno en las costas de Tudmir
“Estamos
machacados”.
Con esta escueta frase Jesús Rodríguez Morilla, coordinador de
Noruega para la Exposición Universal de Sevilla 1992, resumía el
estado en el que se encontraban los diferentes representantes
noruegos tras conocer lo acaecido en las costas del Levante
peninsular. Y no era para menos, dos de las mejores réplicas de
barcos vikingos construidas hasta la fecha,
el Saga
Siglar
y el Oseberg,
naufragaban
en el mar de la antigua Cora de Tudmir,
entre las costas de la Provincia de Alicante y la Región de Murcia,
en el día 3
de mayo de 1992.
En aquellos años las experimentaciones en arqueología para el conocimiento de la construcción y navegación de las embarcaciones vikingas estaban en plena ebullición. Desde los diferentes viajes realizados con réplicas de embarcaciones excavadas, como el que realizó el Viking (réplica del barco de Gokstad) en 1893, hasta las más recientes del siglo XXI, los datos empíricos aportados por estos proyectos han ido evolucionando favorablemente hasta nuestros días. Pese al indiscutible valor didáctico y divulgativo de estos viajes, en la Arqueología Experimental de aquellas décadas no siempre había sido fácil distinguir la delgada línea que separa la aventura y el sensacionalismo del aporte científico y el rigor histórico.
La idea de las autoridades noruegas era repetir, en la misma capital hispalense, el éxito que supuso para el país nórdico la presencia de la embarcación Viking Roald Amundsen en la Exposición Iberoamericana de 1929. Atracada junto al puente de Alfonso XIII desde su llegada el 14 de enero de ese mismo año, la nave fue todo un escaparate de la nación noruega y de la cultura escandinava hasta que, desde tierras onubenses, partió hacia América emulando el viaje de Cristóbal Colón. Una nave que, al mismo tiempo que hacía honores a la recién construida réplica de la carabela Santa María, dejaba un claro mensaje: con cinco siglos de anterioridad a Colón llegamos al continente americano gracias a este prodigio vikingo de la ingeniería naval.
En aquellos años las experimentaciones en arqueología para el conocimiento de la construcción y navegación de las embarcaciones vikingas estaban en plena ebullición. Desde los diferentes viajes realizados con réplicas de embarcaciones excavadas, como el que realizó el Viking (réplica del barco de Gokstad) en 1893, hasta las más recientes del siglo XXI, los datos empíricos aportados por estos proyectos han ido evolucionando favorablemente hasta nuestros días. Pese al indiscutible valor didáctico y divulgativo de estos viajes, en la Arqueología Experimental de aquellas décadas no siempre había sido fácil distinguir la delgada línea que separa la aventura y el sensacionalismo del aporte científico y el rigor histórico.
La idea de las autoridades noruegas era repetir, en la misma capital hispalense, el éxito que supuso para el país nórdico la presencia de la embarcación Viking Roald Amundsen en la Exposición Iberoamericana de 1929. Atracada junto al puente de Alfonso XIII desde su llegada el 14 de enero de ese mismo año, la nave fue todo un escaparate de la nación noruega y de la cultura escandinava hasta que, desde tierras onubenses, partió hacia América emulando el viaje de Cristóbal Colón. Una nave que, al mismo tiempo que hacía honores a la recién construida réplica de la carabela Santa María, dejaba un claro mensaje: con cinco siglos de anterioridad a Colón llegamos al continente americano gracias a este prodigio vikingo de la ingeniería naval.
Los
marineros noruegos tras su visita a la Exposición Iberoamericana de
Sevilla en 1929 Fuente: http://esasevilla.blogspot.co.uk/2012/01/vikingos-i-visita-la-exposicion.html |
En esta ocasión, la presencia de las naves Saga Siglar y Oseberg iba a tener una función muy similar. A su llegada a la capital hispalense se montaría un campamento vikingo en el Puerto de Indias, para que junto a las embarcaciones, los sevillanos y sevillanas lo visitasen, se empapasen de la cultura escandinava e incluso navegasen con estas réplicas por el río Guadalquivir. Tras finalizar la exposición partirían hacia Canadá, con previas escalas en Islandia y Groenlandia, proyecto cuya inversión ascendió a más de 50 millones de pesetas. Quizá, y solo quizá, esta visita no era más que una forma de resarcirse por el brutal ataque que los vikingos realizaron a la ciudad de Sevilla once siglos y medio atrás durante siete días y siete noches en las que el saqueo, la muerte y el rapto se apoderaron de sus calles. Un ataque en el que, en palabras de Ibn Idhari, los madjus “hicieron beber al pueblo el cáliz de la amargura”.
El Saga Siglar a su paso por Sidney. Fuente: https://www.nrk.no/mr/25-ar-sidan-saga-siglar-kom-heim-1.7680645 |
Tal
y como señalamos al principio, las dos naves elegidas para tal
propósito no fueron seleccionadas al azar. El Saga
Siglar
era una réplica de una de las cinco embarcaciones de los siglos X-XI
sacadas del fondo del mar mediante la construcción de un gran dique
pentagonal y excavadas en seco en la década de los sesenta del siglo
XX en el fiordo de Roskilde, cerca de Skuldelev (Dinamarca).
Concretamente era una reconstrucción del Skuldelev 1, un
knarr
o embarcación de transporte que tenía una forma achatada que le
permitía una mayor capacidad de carga. Construida en 1983 en madera
de pino y roble por constructores de barcos artesanos supervisados
por arqueólogos, tenía 16,5 metros de eslora, 1,3 metros de
profundidad a plena carga, 13 toneladas de peso y un mástil de 13
metros de alto que sujetaba una vela cuadrada de 96 m².
Esta réplica circunnavegó el mundo entre 1984 y 1986 capitaneada por el famoso aventurero Ragnar Thorseth, recorriendo hasta un total de 35000 millas. Durante las numerosas pruebas que le hicieron en su larga travesía, llegó a presentar una velocidad de navegación a sotavento de 14 nudos en un huracán de 40 m/s y una velocidad media de 8,4 nudos en la costa noroeste de Labrador (Canadá).
Esta réplica circunnavegó el mundo entre 1984 y 1986 capitaneada por el famoso aventurero Ragnar Thorseth, recorriendo hasta un total de 35000 millas. Durante las numerosas pruebas que le hicieron en su larga travesía, llegó a presentar una velocidad de navegación a sotavento de 14 nudos en un huracán de 40 m/s y una velocidad media de 8,4 nudos en la costa noroeste de Labrador (Canadá).
Mientras,
el Oseberg
era réplica de la nave homónima del siglo IX. Excavada en tierra
firme en el fiordo de Oslo a principios del siglo XX, se localizaron
en ella los restos mortales de dos mujeres nobles de diferentes
edades con un importante ajuar y restos faunísticos. Esta réplica,
que recibió en un primer momento el nombre de Dronningen
para diferenciarla de la auténtica, fue construida en pino y roble a
escala natural en Bjorkedalen (Noruega) entre 1986 y 1987 por la
misma persona que la anterior, el agricultor y constructor de barcos
Sigurd Bjorkedal, ayudado por sus hijos Jakob, Ottar y Dag Inge y
siendo comprada por el ya mencionado Ragnar. Tenía 22 metros de
eslora, 1,5 metros de calado y 13 toneladas de peso bruto. Tras
hundirse en su primera prueba en Sunnmore en 1988 por falta de
lastre, la embarcación fue rescatada, reparada y mejorada. El 17 de
mayo de 1991, el día de la Constitución Noruega, le cambiaron el
nombre de Dronningen
a Oseberg,
haciendo caso omiso a las supersticiones marineras en cuanto al
cambio de nombre de una embarcación.
El Oseberg en Bjorkedalen en 1987 Fuente: http://www.vikingskip.com/dronninga_kopi_osebergskipet.htm |
En
1991 el Gaia,
una réplica del Gokstad, realizó un viaje a la costa norteamericana
partiendo de Trondheim (Noruega) para conmemorar el viaje que haría
a América mil años atrás el explorador vikingo Leif Erikson, hijo
de Erik el Rojo. En este proyecto financiado por Noruega e Islandia,
denominado Vinland
Revisited,
también participaron estas dos naves que fueron llevadas desde
Bergen hasta Halifax, donde se unieron al Gaia
el 28 de agosto para hacer un tour
por las principales ciudades costeras de la costa atlántica de
Canadá y Estados Unidos.
El Oseberg y el Saga Siglar atracados en la localidad noruega de Trondheim en 1991. Fuente: https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/originals/82/6f/11/826f1155baefd26f3702e53d8efd8cb9.jpg |
Tras
el tour
norteamericano, las dos naves fueron trasladadas
en barco desde los muelles de Baltimore (envío gestionado quizá por
Frank Sobotka) a
Valencia
a mediados del mes de febrero, siendo acondicionadas durante dos
meses por gran parte de la experta tripulación que había recorrido
el ancho mar con ellas. Debemos recordar que estas naves estaban
provistas de un motor auxiliar para emergencias, una moderna
instalación de comunicaciones y cabinas de dormitorio. Finalmente,
fueron botadas por primera vez en el Mediterráneo el 24 de abril de
1992 y partieron
el 1 de mayo en dirección a Sevilla con sol y viento fuerte.
Se estimaba que llegarían a la capital hispalense entre el 10 y el
12 del mismo mes para ser expuestas a partir del día 15 en el
pabellón noruego situado en la isla de la Cartuja.
Por desgracia, la reunión de estas dos embarcaciones con Curro, ídolo de masas sevillano, se vio truncada en la mañana del domingo 3 de mayo en el mar de Tudmir. La nave Oseberg envió llamadas de auxilio en situación crítica a un punto costero de la Marina de Alicante a las 8:30 horas cuando se situaban a unas dos millas de la costa entre el municipio alicantino del Pilar de la Horadada y el murciano de San Pedro del Pinatar, mientras que el Saga Siglar se hundía en el mar en una posición situada a 8 km de Torrevieja y a doce millas de San Pedro del Pinatar. El temporal, con vientos de levante de más de 100 km por hora y un mar con olas de más de ocho metros de alto, provocó que las naves zozobrasen hasta hundirse no lejos de la costa de la Torre de la Horadada.
El despliegue para rescatar a las naves vikingas y al motovelero de bandera belga Semois, naufragado con 14 tripulantes a pocas millas de Villajoyosa, fue de todo menos pequeño. La tarea de Salvamento fue coordinada por la Comandancia de Marina de Alicante en colaboración con las dependencias de Torrevieja, un barco de la Marina de Guerra y un remolcador de salvamento de la Dirección General de la Marina Mercante de Cartagena (el Off Valencia), así como un pesquero y una embarcación neumática zodiac de la Cruz Roja de Torrevieja, teniendo que volver estas dos últimas a tierra firme por el estado del mar. A toda esta flota habría que sumarle el apoyo aéreo de un avión del Servicio Aéreo de Rescate de la Patrulla Marítima con base en Palma de Mallorca y dos helicópteros, uno de la Diputación Provincial de Alicante y otro del Servicio de Salvamento y Rescate de Murcia.
Por desgracia, la reunión de estas dos embarcaciones con Curro, ídolo de masas sevillano, se vio truncada en la mañana del domingo 3 de mayo en el mar de Tudmir. La nave Oseberg envió llamadas de auxilio en situación crítica a un punto costero de la Marina de Alicante a las 8:30 horas cuando se situaban a unas dos millas de la costa entre el municipio alicantino del Pilar de la Horadada y el murciano de San Pedro del Pinatar, mientras que el Saga Siglar se hundía en el mar en una posición situada a 8 km de Torrevieja y a doce millas de San Pedro del Pinatar. El temporal, con vientos de levante de más de 100 km por hora y un mar con olas de más de ocho metros de alto, provocó que las naves zozobrasen hasta hundirse no lejos de la costa de la Torre de la Horadada.
El despliegue para rescatar a las naves vikingas y al motovelero de bandera belga Semois, naufragado con 14 tripulantes a pocas millas de Villajoyosa, fue de todo menos pequeño. La tarea de Salvamento fue coordinada por la Comandancia de Marina de Alicante en colaboración con las dependencias de Torrevieja, un barco de la Marina de Guerra y un remolcador de salvamento de la Dirección General de la Marina Mercante de Cartagena (el Off Valencia), así como un pesquero y una embarcación neumática zodiac de la Cruz Roja de Torrevieja, teniendo que volver estas dos últimas a tierra firme por el estado del mar. A toda esta flota habría que sumarle el apoyo aéreo de un avión del Servicio Aéreo de Rescate de la Patrulla Marítima con base en Palma de Mallorca y dos helicópteros, uno de la Diputación Provincial de Alicante y otro del Servicio de Salvamento y Rescate de Murcia.
Cuatro de los náufragos rescatados a bordo del Off Valencia en dirección a Cartagena Fuente: ABC. Diario de la Expo, Mayo 5, 1992 |
Mientras
que los 14 tripulantes del motovelero belga fueron rescatados ilesos
en helicóptero, el Off
Valencia
divisó
a los seis tripulantes del Saga
Siglar
al mediodía,
pero no pudo rescatarles hasta las cinco de la tarde cuando se estaba
hundiendo la embarcación debido a la dificultosa visibilidad y al
estado del mar. No sería hasta dos horas y media después, en el
momento en el que el remolcador volvía al puerto de Cartagena,
cuando este rescató
en las proximidades de Cabo de Palos a los
cinco
tripulantes del Oseberg,
que se habían mantenido a salvo a la deriva atándose de pies y
manos a lo que quedaba de una zodiac que estaba a punto de irse a
pique por tener el fondo destrozado. En el mismo remolcador fueron
asistidos por el personal sanitario, siendo ingresados dos
tripulantes del Oseberg
en el Hospital Virgen del Rosell de Cartagena por heridas leves, los
cuales fueron dados de alta a las pocas horas tal y como informó la
Embajada Noruega.
El mar de Tudmir y el viento de levante impidieron que estos experimentados aventureros y marineros escandinavos, entre los que se encontraban buena parte de los que habían dado la vuelta al mundo a bordo del Saga Siglar, llegasen a Sevilla en barco tal y como estaban acostumbrados sus antepasados desde los ataques a la Isbiliya andalusí en el 844 o en la ya más amistosa visita de 1929.
El mar de Tudmir y el viento de levante impidieron que estos experimentados aventureros y marineros escandinavos, entre los que se encontraban buena parte de los que habían dado la vuelta al mundo a bordo del Saga Siglar, llegasen a Sevilla en barco tal y como estaban acostumbrados sus antepasados desde los ataques a la Isbiliya andalusí en el 844 o en la ya más amistosa visita de 1929.
El Saga Siglar Hallen – Viking Documentary Center en Haholmen (Noruega) Fuente: https://www.visitnorway.com/listings/saga-siglar-hallen-viking-documentation-centre/11950/ |
Reyder
Fostelien, uno de los once náufragos, explicó a la agencia EFE que
las naves quedaron destrozadas, pero que se podrían recuperar parte
de los restos. Ya en Sevilla montaron un campamento donde mostraron
al público los peligros del mar y parte de los restos recuperados
del Saga
Siglar.
Algunas
de las partes fueron recuperadas y expuestas en el Saga
Siglar Hallen
–
Viking Documentary Center
en Haholmen (Noruega). Allí los visitantes también pueden navegar
en el Kvitserk,
otra réplica del Skuldelev 1 construida por Ragnar Thorseth en 1994
para sustituir al Saga
Siglar.
Además, en Tonsberg surgió la fundación The
New Oseberg Ship Foundation
con la idea de construir otra réplica del Oseberg con fines
científicos y educativos, proyecto apoyado por el Viking
Ships Museum
de Roskilde. Tras el éxito de esta réplica actualmente se
encuentran embarcados en la construcción de otra, el Klastad.
En el marco de los ataques vikingos en al-Andalus entre los siglos IX y XI, las tierras de Tudmir también sufrieron los estragos de las incursiones de los madjus. Sabemos que estos, encabezados por Hasting y Bjorn Costado de Hierro según el Relato de los hijos de Ragnar, en una expedición realizada desde tierras normandas entre los años 858 y 861 se apoderaron de la fortaleza de Orihuela y saquearon la ciudad, tal y como indica al-Nuwayri entre otros autores. Dada la escasez de fuentes que ofrecen información sobre la presencia vikinga en la Cora de Tudmir, y hasta que la Arqueología y otras fuentes ofrezcan algo de luz en este asunto, quede este doble naufragio vikingo en su 25 aniversario, aunque postmoderno y por ende descontextualizado, como recordatorio de la historia común entre la cultura vikinga y las costas de Tudmir.
En el marco de los ataques vikingos en al-Andalus entre los siglos IX y XI, las tierras de Tudmir también sufrieron los estragos de las incursiones de los madjus. Sabemos que estos, encabezados por Hasting y Bjorn Costado de Hierro según el Relato de los hijos de Ragnar, en una expedición realizada desde tierras normandas entre los años 858 y 861 se apoderaron de la fortaleza de Orihuela y saquearon la ciudad, tal y como indica al-Nuwayri entre otros autores. Dada la escasez de fuentes que ofrecen información sobre la presencia vikinga en la Cora de Tudmir, y hasta que la Arqueología y otras fuentes ofrezcan algo de luz en este asunto, quede este doble naufragio vikingo en su 25 aniversario, aunque postmoderno y por ende descontextualizado, como recordatorio de la historia común entre la cultura vikinga y las costas de Tudmir.
- BROWN, Nancy Marie: The Far Traveler. Voyages of a Viking Woman, Orlando: Harcourt Inc., 2007.
- CHRISTYS, Ann: “The Vikings in the south through Arab Eyes”, Visions of Community in the Post-Roman World. The West, Byzantium and the Islamic World, 300-1100. Farnham: Ashgate, 2012. pp. 447-458.
- EDBERG, Rune: “Experimental ‘Viking voyages’ on Eastern European rivers 1983–2006”, Situne Dei 2009. Sigtuna: Sigtuna Museum, 2009. pp. 35-46.
- ILLÁN, Menchu y MARTÍNEZ AHRENS, Jan: “Dos naves vikingas con destino a la Expo se hunden frente a la costa de Alicante a causa del temporal”, EL PAÍS, Mayo 4, 1992.
- MARTÍNEZ RODRÍGUEZ, Antonio Luis: “Navegación y embarcaciones en la época vikinga: diferentes fuentes para su estudio”, Témpora Magazine (www.temporamgazine.com).
- MARTÍNEZ RODRÍGUEZ, Antonio Luis: “Vikingos en las costas de al-Andalus: los madjus y sus incursiones”, Andalucía en la Historia, Nº 53. Sevilla: Centro de Estudios Andaluces, 2016. pp. 36-39.
- MORALES ROMERO, Eduardo: Historia de los vikingos en España. Ataques e incursiones contra los Reinos Cristianos y Musulmanes de la Península Ibérica en los siglos IX-XI, Madrid: Miraguano Ediciones, 2004.
- REEVES FLORES, Jodi y PAARDEKOOPER, Roeland (Ed.): Experiments Past. Histories of Experimental Archaeology, Eindhoven: Roeland Paardekooper, 2014.
- WERENSKIOLD, Per: “The most sophisticated and successful high-speed ships for their time”, 11th International Conference on Fast Sea Transportation, Honolulu: FAST, 2011.
- ZARDOYA, Antonio: “Dos naves vikingas que se dirigían a Sevilla naufragaron cerca de Torrevieja”, ABC. Diario de la Expo, Mayo 5, 1992.
En colaboración con Ad Absurdum:
Antonio Luis Martínez Rodríguez (@cantonioluis), arqueólogo, historiador y medievalista en potencia. Licenciado en Historia (UMU), Máster en Arqueología (UGR) y Máster en Formación del Profesorado (UMH). Editor y redactor de Medieval en Témpora Magazine y actualmente trabajando como arqueólogo para Headland Archaeology (UK) Ltd en Cambridge.
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