¿Qué hacía el MI6 con el semen en la Primera Guerra Mundial?
Alguna vez hemos hablado de la necesidad de, con el tiempo, hacer públicos los archivos en pro de la ciencia histórica y la democracia. Concretamente nos hemos referido en alguna ocasión a los archivos militares. Pero lo cierto es que leyendo según qué cosas, casi mejor que algunos detalles permanezcan en secreto. Y no nos referimos a si el rey participó o no en el golpe del 23F, ni a los documentos de la Fundación Francisco Franco, sino a sorpresas tan bizarras como la que se llevó el profesor Keith Jeffery al acceder a los archivos del MI6.
Antes de entrar en materia vamos a contextualizar por si alguien anda perdido: ¿Qué es el MI6? El MI6 es el servicio secreto de inteligencia del Reino Unido (no confundir con el MI5, que es el servicio de seguridad), esto es, donde trabaja James Bond pero en la realidad. Sus archivos, obviamente, son secretos, y no mucha gente tiene acceso a ellos, de ahí que Keith Jeffery sea un privilegiado. ¿Y quién es ese Jeffery? Bueno, más bien fue, porque murió el año pasado. Hasta entonces fue un historiador norirlandés muy prestigioso, cuya dilatada carrera le abrió las puertas del MI6 para una investigación sobre el papel de esta institución durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial y que publicó en forma de libro con el título MI6: The history of the Secret Intelligence Service, 1909–1949.
Obviamente en ese libro se cuentan muchísimas cosas muy interesantes, pero una es la que lo ha traído hasta nuestro blog: el MI6 usó semen como tinta invisible para escribir.
Ale, pues ya está, ahí lo lleváis...
Bueno, vamos a explicar un poco más: nos remontamos a la Primera Guerra Mundial, un momento en que el MI6 jugaba un papel fundamental, pero necesitaba encontrar nuevas formas de comunicación que le permitieran ocultar sus mensajes y asegurar así el secretismo de su trabajo. En la Universidad de Londres, un hombre se dedicaba casi en exclusiva a esta labor, y así lo reflejó en su diario Walter Kirke, que trabajaba para el investigador. En aquel diario anotó que un día su superior había comentado que el semen era excepcional para usarlo como tinta invisible: en aquella época no tenían todavía la lucecita esa del CSI, no existían medios para detectarlo sobre el papel, y además su textura lo hacía especialmente útil para escribir con él.
La única pega que al parecer tenía el semen como materia de escritura era el olor, que según algunos agentes se percibía al abrir las cartas... Además, en el libro se habla de algún caso de un agente que había usado este método y se le había tenido que trasladar a causa de las burlas de sus compañeros. Así que, después de la euforia inicial, quizá no se empleó demasiado. O quizá se siga usando, quién sabe...
A todo esto... te habrás percatado de que no hemos dicho el nombre del investigador en cuestión que logró tal hallazgo, pero es que nos estábamos reservando lo mejor para el final: su nombre era Mansfield Cumming.
- Jeffery, K. (2010): MI6: The history of the Secret Intelligence Service, 1909–1949, Bloomsbury.
- (21/09/2010): "MI6 'used bodily fluids as invisible ink'", en The Telegraph.
- (21/09/2010): "El MI6 usó semen como tinta invisible durante la Primera Guerra Mundial", en El Mundo.
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Jajaja buenísimo el apellido
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