Muertes absurdas 8: Kenneth Pinyan
La historia que os traemos hoy es la historia de una pasión de tal calibre, que produjo la muerte de su protagonista. Si eres una persona sensible, te pedimos que no sigas leyendo, si por el contrario quieres descubrir de lo que es capaz de hacer el ser humano con su sexualidad, te invitamos a acercarte a esta historia, pero no demasiado, no te vaya a hacer daño.
El romance del que os hablamos tiene dos protagonistas: por una parte el estadounidense Kenneth Pinyan, nacido en 1960, ingeniero de la empresa aeroespacial Boeing. Y por otra parte, su fogoso amante, del que desconocemos su nombre, tan solo conocemos algunos datos como que era mĆ”s joven, tenĆa el pelo largo y era de mĆ”s altura que su amado. Sus encuentros se producĆan al anochecer en una granja cercana al puesto de trabajo de Kenneth, eran apasionados hasta un punto inimaginable... Pero algo se interponĆa entre ellos.
No eran dos familias enfrentadas, tampoco la diferencia de edad era un problema, ni siquiera la homosexualidad... el problema era que el amante de Kenneth era un caballo.
Efectivamente, nuestro protagonista tenĆa una afición poco usual: la zoofilia. Muchas noches acudĆa a una granja cerca de su empresa para ofrecer su ano al enorme pene de un semental. Los encuentros sexuales eran grabados por amigos de Kenneth, aunque usando el seudónimo "Mr. Hands" para su distribución entre otros aficionados a la zoofilia. AĆŗn hoy resulta realmente fĆ”cil encontrar vĆdeos de este hombre llevando a cabo sus prĆ”cticas. De hecho, nos hemos autocensurado al no incluir tales escenas, pero si sientes curiosidad o tienes la misma afición que nuestro amigo, podrĆ”s verlo tecleando en Google: 2 Guys 1 Horse. SĆ, imitando ese otro vĆdeo del que no queremos acordarnos.

A penas dos años después se publicó el documental "Zoo", que cuenta la historia de este trÔgico romance.
Esta historia nos enseƱa muchas cosas: que por muy "normal" que parezca tu vecino, por la noche puede tener una vida de lo mĆ”s "extraordinaria"; que la próxima vez que te montes en un avión pensarĆ”s en el ingeniero que lo hizo y desearĆ”s que el pene de su caballo sea menor que el que acabó con Kenneth; y que para protagonizar una pelĆcula, a veces tiene mĆ”s efecto acostarte con un caballo que con el director.
Impactado.
ResponderEliminarQue barbaridad
ResponderEliminarComo me cague de risa por como le dejo el qlo rotoJAJSSJQJ
ResponderEliminarLa selección del mÔs apto de Darwin siempre funciona, supongo que en su próximo vida tendrÔ la posibilidad de renacer en una yegua...
ResponderEliminarYo vi el video, altos traumas me lleve jajaja
ResponderEliminar