De cómo engañar al enemigo

¡Seguimos con nuestra semana de especial sobre Murcia! Podéis leer la primera entrada aquí: ENLACE
Corría el año 711 y en España gobernaba un rey. Como ahora. No se puede decir que haya cambiado la cosa mucho.
Mas si bien este rey, Rodrigo, gobernaba sobre toda la Península Ibérica y la Septimania, los distintos condes, duques y, en general, personajes poderosos, disfrutaban de gran poder y retaban o traicionaban a los distintos reyes en cuanto la ocasión lo permitía.
  




Saltó a la península el conocido Tariq al frente de 7000 bereberes cruza el estrecho y se enfrenta a las ya diezmadas fuerzas de Rodrigo (por enfrentamientos con pretendientes al trono como Agila) [Nota: en el caso de la monarquía visigoda no existía una herencia por sangre, sino que era lo que se conoce como monarquía electiva. Si bien sólo votaban los nobles, ya estaban más avanzados que nosotros].
En la batalla de Guadalete cayó Rodrigo (entre otras cosas gracias a los desacuerdos entre los diferentes aristócratas), y entonces fue cuando los nobles dieron un paso al frente. Despojados de poder real que, aunque precario, era algo, cada uno miró a su propio ombligo, ideando la manera de protegerlo.
En la zona que más o menos corresponde a la actual Región de Murcia se alzaba un noble cuyo nombre ha llegado hasta nuestro días: Teodomiro, también conocido como Tudmir.


Y Teodomiro tenía un problema. El enemigo era muy numeroso. Raudo, comenzó a preparar la capital, Orihuela, para el asedio.
La leyenda dice que Teodomiro quería engañar a los musulmanes para forzar un acuerdo. No quería resistir, sino buscar uno de esos tratados que los musulmanes parecían sembrar a su paso. En parte fue gracias a esos pactos el que se diera la vertiginosa conquista del Mediterráneo sur.
Así, el noble visigodo, buscando nuevos recursos para aparentar aún más seguridad, ordenó vestir a las mujeres de soldados y colocarlas en las murallas junto a sus homónimos masculinos.
Verdad o no, lo cierto es que disponemos del famoso Pacto de Teodomiro, firmado en el 713, en el que se entregaban una serie de ciudades, entre las cuales estaban: Orihuela, Alicante, Mula, Lorca y Ello (ciudad de la que se ha teorizado mucho y se sabe bien poco, supuesta predecesora de Murcia). Gracias a este tratado Teodomiro mantenía su poder y su identidad religiosa a cambio de una serie de concesiones, fidelidad y tributo.

Más información sobre el rey Rodrigo pinchando AQUÍ.

REFERENCIAS:
  • MIRANDA GARCÍA, F., GUERRERO NAVARRETE, Y., Historia de España Medieval: Territorios, Sociedades y culturas, Silex Ediciones.
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